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Vuelve la agitación al sector eléctrico

Las OPA sobre Cantábrico y la fusión Endesa-Iberdrola, que reverdece, intranquilizan al mercado

El sector eléctrico continúa en ebullición. Después de uno de los periodos más agitados, encara otra fase que puede ser trascendental: la pelea por el control de Hidrocantábrico ahora ya sólo depende de lo que diga el Gobierno sobre los accionistas extranjeros tras triunfar la oferta de Juan Miguel Villar Mir; Endesa ha puesto en venta su filial Viesgo y otros activos, lo que podría dar lugar a un quinto operador; Unión Fenosa trata de abrirse paso en el mercado del gas y de las telecomunicaciones e Iberdrola está a la expectativa.

El caso es que la puesta en venta de Viesgo y otros activos (5,5% del mercado eléctrico) alimenta la idea de que, tres meses después del fracaso de la fusión Endesa-Iberdrola, pueda renacer el proyecto.En las empresas, se prefiere guardar silencio, aunque en su entorno se ha recibido la posibilidad con cierto entusiasmo. Eso sí, siempre que se haga sin precipitación, con el beneplácito de Gobierno y con la aquiescencia de todos los protagonistas de la partida: ejecutivos y accionistas.

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El propio vicepresidente segundo del Ejecutivo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ya dio un mensaje al respecto en un reciente y discreto encuentro en el que estaban algunos de los primeros espadas del sector. 'No quiero ningún movimiento hasta octubre; después lo único que pido es que se reserve la españolidad del sector', vino a decir Rato. Para los asistentes, el mensaje era claro. Después de octubre, todas las posibilidades están abiertas.

Fuentes cercanas a las empresas creen, no obstante, que el renacimiento del gran proyecto Endesa-Iberdrola no sería 'tan inmediato'. 'Hay que hacer las cosas sin prisas', admiten fuentes muy involucradas en la operación. Y aseguran que no habrá prisas porque el calendario de los próximos meses es denso. Tendrá que aclararse la situación en Hidrocantábrico (Rato dijo el viernes que todavía no ha decidido si permitirá la participación de empresas extranjeras con capital público en la firma asturiana); el presidente de Iberdrola, Íñigo Oriol, se enfrenta a una junta complicada en junio; el de Endesa, Rodolfo Martín Villa, ya ha anunciado que se va en marzo de 2002 y, para esas fechas, Emilio Ybarra habrá dejado la presidencia del BBVA, principal accionista de Iberdrola y uno de los principales actores en contra de la proyectada fusión. Esas mismas razones pueden ser también argumento para sostener que, mientras tanto, se vayan preparando los mimbres de la nueva operación. Cuentan, por ejemplo, con un presidente prácticamente in péctore, Manuel Pizarro, una ventaja.

Los nuevos espasmos del sector culminan un año agitado en el negocio eléctrico. Un annus horribilis para el sector que se inició en marzo de 2000, cuando una empresa de EE UU, Texas Utilities (TXU), colocó una bomba de relojería bajo el colchón en el que reposaban las eléctricas españolas: una OPA sobre la cuarta empresa del sector, Hidrocantábrico.

Un año después, el statu quo eléctrico ha saltado por los aires. En 12 meses se han presentado cuatro ofertas distintas por Hidrocantábrico; el Gobierno se ha visto obligado a intervenir de forma continua para vetar o limitar operaciones; ha fracasado la fusión de las dos grandes, Endesa e Iberdrola; el primer grupo energético, Repsol, pinchó en su ofensiva por Iberdrola, y el mercado español de la energía ha entrado en las agendas de los grandes grupos internacionales. Éstos tienen ahora una nueva oportunidad de entrar en España con el concurso convocado por Endesa para desprenderse de parte de sus activos, incluida la golosa filial Viesgo, con 500.000 clientes. En este contexto, las hipótesis sobre cambios en la dirección de las empresas y posibles nuevas fusiones entre empresas -Fenosa e Iberdrola- se multiplican.

Hay también algunos hechos ciertos. Así, el presidente de Iberdrola, Íñigo Oriol, tras fracasar la fusión, ha quedado aislado y enfrentado a sus principales accionistas, BBVA (10%) y BBK (7,5%), que se opusieron a la operación. Los reproches hacia Oriol, relatan fuentes bancarias, son de doble naturaleza. Algunos directivos critican a Oriol por no haber defendido más su autonomía frente al BBVA -el banco impidió en 1999 que Iberdrola adquiriera la estadounidense Florida Power-, mientras desde las alturas se cuestiona la forma en que Oriol esquivó a Repsol para acercarse a Endesa.

Batalla

En cualquier caso, la batalla en torno a las eléctricas no ha hecho sino comenzar. La tradicional convivencia cómoda entre compañías, plasmada en el Procolo Eléctrico de 1996 -las compañías firmantes, recogía el documento, no podrán ser propietarias 'ni directa ni indirectamente de ninguna acción del capital del resto de las empresas'- ha muerto.

En el camino de la fusión Endesa-Iberdrola las eléctricas, todas, se dejaron una prebenda que ya consideraban segura: el cobro de 1,2 billones por costes de transición a la competencia (CTC) pactado en 1997. El Gobierno, atendiendo a Bruselas, modificó la normativa. Lo que era seguro dejaba de serlo. Las eléctricas cobrarán ahora un máximo de 1,7 billones en 10 años (hasta 2010), pero en función de la evolución del mercado. Un remache más al 'año horrible' del sector.

Endesa-Iberdrola: ¿capítulo dos?

El proyecto de fusión Endesa-Iberdrola planteado en octubre fracasó. Pero la cuestión es ¿está definitivamente enterrado? La respuesta es 'no' porque en las últimas semanas se han producido movimientos empresariales que podrían resucitarlo. Así opinan fuentes que vivieron de cerca la primera fusión. El movimiento que ha llevado nuevo oxígeno al proyecto de Rodolfo Martín Villa e Íñigo Oriol es sencillo: Endesa se va a desprender de parte de sus activos (2.160 megawatios de potencia), incluida su filial Viesgo, lo que dará lugar al nacimiento del quinto grupo eléctrico español. Así pues, donde había cuatro jugadores (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico), podrá pasar a cinco. Un jugador más que el mínimo imprescindible fijado por la doctrina Rato -'cuatro operadores, mejor que tres'-. Ello quiere decir que si Endesa e Iberdrola decidieran reverdecer los laureles que se agostaron en febrero y fusionarse, el número de actores eléctricos seguiría siendo de cuatro. Martín Villa y Oriol podrían dejar sus despachos en 2003 sin el regusto del fracaso en el paladar.En Endesa y en Iberdrola, oficialmente, se descarta la reedición de la fusión. 'Ahora' (palabra clave) 'es imposible', se afirma en la compañía que dirige Oriol. Es la misma idea que el vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, trasmitió en una cena a algunos destacados representantes del sector hace unas semanas: quietos durante los próximos seis meses. Después, caben todas las posibilidades. 'Está claro que la constitución de un nuevo grupo eléctrico a partir de los activos de Endesa no cierra puertas, las abre' concluye una fuente de Iberdrola 'y en el terreno de las quinielas, caben todas, otra cosa es que tengan fundamento'.Hay una idea que ayuda a resucitar la fusión Endesa-Iberdrola y que ya ha sido trasmitida por quien puede al think tank de La Moncloa: el Gobierno no puede seguir actuando de forma ingenua en Europa, abriendo mercados e impidiendo el fortalecimiento de las empresas nacionales, mientras en Europa, los Ejecutivos de países amigos (caso de Holanda con Endesa o de Italia con el BSCH) ponen trabas a las operaciones de las empresas españolas.

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