Una difícil decisión
Reclamada desde hace casi cien años como una necesaria reserva de agua para Portugal y regulada por un convenio luso-español en 1968, la presa de Alqueva comenzó a construirse a finales de 1997 y concluirá a finales de este año mediante una inversión de unos 80.000 millones de pesetas. El mayor embalse de Europa tendrá una superficie de 250 kilómetros cuadrados, 35 de ellos en territorio español, 83 kilómetros de largo y alrededor de 1.100 kilómetros de márgenes con una capacidad de 4.150 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales 3.150 millones serán utilizables. El proyecto global, con inversiones turísticas incluidas, concluirá en el año 2025 con un presupuesto total de unos 300.000 millones de pesetas.
El objetivo de todo el proyecto consiste en crear una reserva estratégica de agua para toda la región, azotada con serios periodos de sequía; garantizar su abastecimiento regular para la población, la agricultura y las industrias; alterar radicalmente el modelo de agricultura en todo el sur del país asegurando el regadío en más de 110.000 hectáreas, y reforzar la capacidad de producción de energía hidroeléctrica para toda la zona.
Considerado de importancia vital no sólo para la región del Alentejo, una de las más pobres de Europa, sino para todo Portugal, el embalse de Alqueva se encuentra ahora amenazado por el descubrimiento de centenares de pinturas rupestres en las márgenes del Guadiana, especialmente después de que el Gobierno de Lisboa ordenara en 1995 la suspensión del embalse de Foz Coa por un descubrimiento similar.
Inversiones
El parque arqueológico de Foz Coa, desde su apertura al público hace ahora cinco años, ha recibido unas 85.000 visitas y ha generado unos ingresos que rondan los 85 millones de pesetas. Arqueólogos y ecologistas acogieron favorablemente esa decisión tomada, pero las poblaciones afectadas todavía se encuentran a la espera de muchas de las inversiones prometidas por las autoridades para el desarrollo económico de la región. En concreto, el alcalde de Vila Nova de Foz Coa, Sotero Ribeiro, reclama la construcción del Museo Arqueológico y las prometidas mejoras de las carreteras e infraestructuras hoteleras.
El caso promete una nueva polémica y una delicada decisión. A la espera de los análisis definitivos sobre el alcance histórico y científico de las pinturas rupestres descubiertas en el Guadiana, el Gobierno socialista vuelve a enfrentarse a una complicada encrucijada: decidir entre la preservación del conjunto rupestre o el desarrollo económico de la región más deprimida del país.
