Los choques entre la policía y los bereberes argelinos han provocado ya 40 muertos
La tensión sigue presente en la Cabilia argelina, donde el número de muertos tras más de diez días de enfrentamientos asciende ya a 40 tras los últimos choques de ayer entre las fuerzas del orden y los jóvenes bereberes. En Tizi-Uzu, capital de esta región del norte de Argelia (cerca de 29 millones de habitantes), poblada por casi nueve millones de personas, que utilizan la lengua bereber, cuatro manifestantes murieron ayer por impactos de bala y otros 130 resultaron heridos, según fuentes del hospital de la ciudad.
Francia, antigua metrópoli, se definió ayer incapaz de dar lección alguna a las autoridades argelinas para salir de la 'inmensa tragedia' en la que vive desde hace días, declaró el ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine. 'La historia entre Francia y Argelia no atribuye a la primera el derecho a decir a la segunda qué debe y qué no debe hacer', señaló Védrine.
Los enfrentamientos, iniciados el pasado sábado, día 21, en Beni Duala, se extendieron como un reguero de pólvora a las localidades de Bejaia, El Kseur, Ighzer Amokrane, Amizur y Uzelaghem, donde se incendiaron y destruyeron vehículos, postes de alumbrado, oficinas bancarias y postales y otros edificios públicos. Según varios testigos, la magnitud de las destrucciones es similar a las que tuvieron lugar hace más de veinte años, cuando miles de personas se echaron a la calle para exigir que se oficialice la lengua bereber.
Esta nueva ola de violencia de los cabileños confirma una vez más el profundo malestar que persiste en el seno de una población que se considera maltratada por el poder político central en lo que afecta a su identidad cultural y lingüística. El Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS), liderado desde su exilio voluntario en Suiza por Hocin Ait-Ahmed, cuyo feudo se sitúa en la Cabilia, reprochó al Gobierno su 'miopía' al no entender, en su opinión, el fuerte malestar social que impera entre la población de origen bereber.
La chispa de los enfrentamientos fue la muerte por bala del joven de 18 años Masinisa Guermuh, el pasado sábado en una comisaría de Beni Duala, donde había sido conducido como presunto autor de un robo. La versión oficial de que el muchacho murió accidentalmente cuando a un gendarme se le disparó su arma, que había dejado caer al suelo sin darse cuenta, ha sido recusada por la familia, que asegura haber visto el cadáver acribillado a tiros. El gendarme incriminado, cuyo nombre no se facilitó, fue detenido y será procesado.
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