Tropas argelinas dinamitan una mina abandonada en la que se ocultaban 70 integristas armados

Al menos 70 guerrilleros integristas del Grupo Salafista de la Predicación y el Combate, una banda escindida del sanguinario Grupo Islámico Armado, murieron el pasado fin de semana en el interior de una mina abandonada, que usaban como base de operaciones en el este de Argelia, tras una intervención masiva de fuerzas militares. Hasta un millar de soldados, apoyados por aviación de combate, participaron en el asalto final, que concluyó con la voladura con explosivos de la red de galerías subterráneas 'ante la negativa de los comandos a rendirse', según informó ayer la prensa de Argel.

La guerrilla salafista, dirigida por el emir Hassan Hattab, había bautizado la mina con el nombre de La Meca. En su interior se había construido una fábrica de bombas y un taller de reparación de armas, según los medios argelinos, para lanzar sus acciones armadas en las regiones montañosas de Butaleb y Maadid, en las provincias orientales de Setif y Batna. Entre los guerrilleros muertos se encuentra el emir local Abderrezac, más conocido como El Paraca.

Esta información se hizo pública al día siguiente de una oleada de matanzas de civiles en provincias próximas a Argel, que suman otras 25 víctimas civiles a las más de 300 personas que han muerto en el país magrebí en lo que va de año. En uno de los tres graves ataques de la noche del lunes al martes, registrado en Tipaza, a 70 kilómetros al este de la capital, murieron 11 personas de una misma familia, incluidos tres niños. En Blida, a 50 kilómetros al sur de Argel, cayeron a hachazos los siete miembros de una familia campesina. Y en Medea, a 40 kilómetros más al sur, fueron asesinados otros siete civiles.