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Columna
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Goofus Bird: un pájaro americano

El cronista leyó atentamente el miércoles 25 un artículo de José María Aznar que publicaron Expansión y Financial Times, y, dos días más tarde, La Republica, de Roma, sobre los tipos de interés, el crecimiento y las reformas. Aznar sostenía, en relación a los que piden al BCE que baje los tipos, lo siguiente: 'No podemos descargar en otros las consecuencias de nuestras insuficiencias o falta de ambición, ni pretender que otros compensen con sus acciones lo que nosotros no hemos sido capaces de hacer. En definitiva, no podemos declinar nuestra propia responsabilidad'.

Aznar, en vísperas de la reunión del BCE, recordaba que la misión del banco es atender la estabilidad de los precios. 'Cualquier análisis o recomendación sobre el nivel óptimo de los tipos en nuestro espacio económico y monetario debería ser realizado a la luz de este objetivo'. A buen entendedor...: no baje usted los tipos porque a mí no me va bien.

El cronista recordó que nada más llegar Aznar al Gobierno, en 1996, su ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, se esforzó denodadamente en lograr que el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, bajara los tipos para reactivar la economía, que ya estaba transitando la vía, aún titubeante, de la recuperación. A mediados de abril de 1997, el Banco de España bajó un cuartillo de punto en lo que resultó ser la novena poda en un año. Por aquellas fechas, Rato dijo que el BCE debería escuchar a la sociedad y ayudar a estimular la demanda.

En octubre de 1998, Aznar y el entonces presidente del Gobierno italiano, Massimo d'Alema, tras la cumbre de Pörtschach, declararon que Europa había domeñado la inflación y que el acento debía ponerse en el crecimiento económico.

Algunas de estas cosas las recordaba vagamente el cronista. Pero una cita literaria del artículo de Aznar le permitió cuajar más recuerdos. Decía Aznar que hay quienes en Europa 'mitifican un modelo social y económico del pasado, al que hay quien espera regresar, al igual que el pájaro mítico que, según relata Borges, vuela con la cabeza girada hacia atrás, porque no le importa dónde va, sino dónde estuvo'. La verdad es que la especie americana de pájaro que describe Borges en Los seres imaginarios es algo diferente a la que captó Aznar. Borges dice que el Goofus Bird es un 'pájaro que construye el nido al revés y vuela para atrás, porque no le importa a dónde va, sino dónde estuvo'. Tanto monta..., pero ¿no será que a Aznar le interesa ahora volar para adelante y sólo hacia adelante porque tiene razones para querer olvidar lo que él y sus máximos colaboradores dijeron y que la gente, y hasta la prensa, suele olvidar con facilidad?

En roman paladino: cuando a España le venía bien que los tipos bajasen, porque el Gobierno quería relanzar la economía y aprovechar políticamente -lo cual es legítimo- la recuperación, pedir al banco emisor que redujera el precio del dinero era una asignatura diaria. Luego, cuando la inflación comenzó a desbocarse, el Gobierno presionó para que el BCE no bajase los tipos porque implicaba fortalecer las tendencias inflacionistas.

No hay, de momento, ninguna situación dramática en España, aunque si hay quien sabe algo de que rápidamente se deteriora una economía, ese es el ciudadano español.

El hecho es que el Gobierno está ahora, relativamente, en el peor de los mundos. La desaceleración ya es un hecho y la inflación está en los niveles más elevados, un 3,9% en tasa anual, sin perspectivas de una sustancial reducción a la vista. En estas condiciones, Aznar no desea que baje el precio del dinero por un temor comprensible: porque en lugar de apagar la inflación contribuye a atizarla.

A todo esto hay un problema: el Gobierno puede volar hacia adelante, al contrario del Goofus Bird del cuento de Borges, pero allí más pronto que tarde se encontrará con la rebaja de los tipos porque la economía europea necesitará estímulos. La política económica española difícilmente encuentre en breve plazo la pócima mágica para lidiar con la inflación.

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