La editorial Debate recupera la discusión sobre qué es literatura

Dotado con un millón de pesetas ('una dotación discreta para evitar entrar en el mundo del espectáculo literario y el marketing', dice Bértolo), el Premio José Janés de Ensayo Literario ('que lleva el nombre de uno de los editores españoles más relevantes de este siglo, un crítico, periodista y poeta hoy olvidado', añade Bértolo) pretende destacar una obra que reflexione de manera personal, 'pero no privada o íntima', sobre algo público: la literatura.

Junto a este premio, la editorial ha creado una colección de ensayo que se inicia con la publicación de dos libros: La norma literaria, de Juan Carlos Rodríguez, y La invención de la literatura, de la francesa Florence Dupont. Dos textos que 'deberían marcar la idea de lo que nos gustaría poder premiar'.

Para Constantino Bértolo, que con esta iniciativa lleva a cabo un viejo proyecto de Debate, el sentido de un premio de ensayo literario responde a la necesidad de obtener respuesta a una larga lista de preguntas. Desde cómo se construye la idea de lo que es literatura, de lo que es y no es buena literatura, a si la literatura forma parte de un reducto especial o es 'una parte de la industria del entretenimiento'. Una industria del entretenimiento en la que, según el editor, hay que situar la moda de los plagios: 'Es el resultado de la dinámica de los productos con marca, de las marcas que venden'. Bértolo se siguió cuestionando el lugar de la crítica ('¿cuál es la legitimidad desde la que escribe la crítica si el discurso dominante es que el gusto es un problema personal?'), o qué es el mercado ('¿las relaciones entre literatura y mercado conllevan la prostitución de aquélla? ¿Quién crea las necesidades en el mercado?').

Al preguntar por un proyecto que parece más propio de una editorial independiente que de una gran multinacional (Debate pertenece al Grupo Bertelsman), el editor afirma: 'Diría en primer lugar que el término independiente se está tergiversando. Independiente de qué. Todos dependemos del capital, propio o ajeno. Se quiere llamar editorial independiente a lo que en realidad es editorial familiar. En sentido estricto, editorial independiente es aquélla que en su catálogo desobedece al discurso dominante. Dentro de la estrategia global de un gran grupo es posible trabajar hacia un segmento determinado del mercado, digamos más inquieto, o más curioso intelectualmente, que no tiene por qué ser minoritario, de igual modo que hay cines de versión subtitulada y cines de gran centro comercial que forman parte de una misma empresa'.