La Generalitat exhibe los papeles del presidente Lluís Companys

El Gobierno catalán hizo coincidir ayer la jornada de puertas abiertas del palacio de la Generalitat con que cada año realza la festividad de Sant Jordi con la exposición, por vez primera, de una muestra de los documentos del Gobierno de Generalitat republicana que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) conservó en Francia durante la dictadura y posteriormente en la Fundación Sabino Arana.

Entre estos documentos figuran algunos de notable significación histórica y política. Destaca en particular un ejemplar del dietario que relataba a diario la actividad del presidente de la Generalitat, Lluís Companys.

También es de gran interés el expediente de junio de 1937 sobre la disolución de las patrullas de control, la organización revolucionaria formada principalmente por los anarquistas que se impusieron en Cataluña tras sofocar el 19 de julio de 1936 el alzamiento de los militares monárquicos contra la República. Y otro expediente, de enero de 1938, sobre conflictos de competencias entre el Gobierno de la República y el de la Generalitat.

Estos documentos formaban parte de archivos que el Gobierno de la Generalitat en el exilio llevó consigo a París en 1939 al finalizar la guerra civil. Una parte de esta documentación fue generada en el exilio por Layetana Office, denominación bajo la que actuaba el Gobierno de la Generalitat, cuya actividad era tolerada por las autoridades francesas pese a que ya habían reconocido al régimen de Franco.

Tras la ocupación alemana de París en 1940, cayeron en manos de la policía franquista, que operaba con el visto bueno de los nazis. Cuando, cuatro años más tarde, en 1944, los aliados recuperaron la capital francesa, exiliados vascos se instalaron de nuevo en las sedes de las instituciones republicanas, en las que encontraron, empaquetados ya para su envío a Madrid, estos archivos de la Generalitat.

El actual Gobierno vasco firmó hace dos meses y medio un convenio con el de Cataluña en virtud del cual estos documentos, tras ser identificados, descritos y copiados en tecnología digital, serán retornados a la Generalitat. Se trata de un fondo documental que, según el director general del Archivo Nacional de Cataluña, Josep Maria Sans, es probablemente más valioso desde el punto de vista de la Generalitat que el conservado en el archivo de Salamanca.