Dimiten en cadena los directores de institutos de secundaria de Valladolid

La práctica totalidad de los directores de los institutos de educación secundaria de Valladolid y su provincia (28 de los 31 que existen) han presentado su dimisión en protesta por la sanción que pretende aplicar la Consejería de Educación y Cultura a propuesta de la dirección provincial de Educación contra el director del Instituto de Educación Secundaria (IES) Zorrilla, Esteban Sánchez. El conflicto tiene su origen en el retraso de un día en el inicio de las tareas lectivas en el citado Instituto Zorrilla debido a lo apretado de las fechas establecidas por la Junta para el inicio del curso. El problema es que en septiembre se siguen realizando pruebas extraordinarias para bachillerato, COU y los ciclos formativos de FP, y esto provocó que los procesos de matriculación se prolongaran hasta el 15 de septiembre.

Cerca de 400 alumnos del citado centro se matricularon en esas fechas. Según el instructor del expediente, existe 'una falta de obediencia debida a superiores y autoridades' y pide que el director sea declarado responsable de una falta grave a corregir con suspensión de funciones por un periodo de cinco días, aunque no aclara si esa suspensión se ha de formalizar en su cargo de responsable del centro o como profesor de Ciencias Naturales, la asignatura que imparte en el instituto.

El equipo directivo del centro conoció el calendario escolar el 22 de junio. A finales de junio, el equipo directivo presentó su dimisión al considerar imposible en la práctica comenzar en la fecha indicada. Curiosamente, la presentación de esa dimisión -que en su día no fue aceptada por el director provincial de Educación, Pedro Justel- se ha convertido en la prueba irrefutable de desobediencia en el expediente abierto a Esteban Sánchez.

En ese texto se recogen algunas de las frases que han prendido la mecha de la indignación entre la enseñanza pública de Valladolid. Entre los argumentos esgrimidos en el expediente se acusa al responsable educativo de no acatar las órdenes recibidas 'por ser contrarias a sus principios organizativos y conceptos de la enseñanza'. Se critica, además, que 'el concepto de optatividad o el planteamiento de complejidad en la aplicación de los diseños de los itinerarios de bachillerato es esgrimida por el director como un elemento insalvable e incuestionable para la organización de un centro educativo y según su criterio debe imponerse y estar sobre cualquier otra opinión, incluida la de aquellas personas que aun siendo sus superiores no comulguen con sus creencias'.

Y si el expediente ha desencadenado una serie de movilizaciones que los profesores, padres y alumnos del Instituto Zorrilla llevan realizando desde el pasado mes de enero, la reunión que mantuvieron recientemente con el consejero de Educación y Cultura, Tomás Villanueva, también fue claramente insatisfactoria. El consejero fue calificado de 'grosero y poco receptivo' por algunos de los participantes en esa reunión.