Ericsson eleva a 17.300 el ajuste de plantilla para recuperar la rentabilidad
El beneficio del primer trimestre del gigante sueco de telecomunicaciones sufre un recorte del 89%
El fabricante sueco de equipos de telecomunicaciones Ericsson suprimirá otros 12.000 empleos, con lo que eleva a 17.300 los trabajadores que pondrá en la calle (el 16% de su plantilla), para recuperar la rentabilidad perdida. El gigante nórdico redujo sus beneficios un 89% el primer trimestre de este año. El recorte será el pilar de un ajuste para ahorrar 20.000 millones de coronas (365.000 millones de pesetas) al año desde 2002. El anuncio se produce en plena depresión del sector de las telecomunicaciones (77.000 despidos). La finlandesa Nokia, no obstante, ha elevado sus beneficios un 10%.
El ajuste de Ericsson no tiene precedentes en la historia industrial de Suecia y se explica por la nefasta combinación de la desaceleración económica y la rápida caída de la demanda de equipos de telecomunicaciones y teléfonos móviles que tiene en jaque al sector. Las cuentas no mienten. Los beneficios de Ericsson en el primer trimestre del año alcanzaron los 600 millones de coronas (unos 11.000 millones de pesetas), frente a los 109.000 millones de pesetas que ganó en idéntico periodo del año anterior. Los resultados incluyen la venta por 5.500 millones de coronas de sus acciones en la estadounidense Jupiter. Las acciones de Ericsson cayeron más de un 13,79% en la Bolsa de Estocolmo.
La presentanción de resultados se produjo ayer en un ambiente tenso. El director ejecutivo de la empresa, Kurt Hellström, cuya idoneidad en el puesto ha sido fuertemente cuestionada en los últimos meses, intentó justificar la situación actual y las medidas adoptadas. 'Nadie pudo prever la caída que afecta al sector de las telecomunicaciones en todo el mundo, y de la que no hay signos de una pronta recuperación'. Las previsiones para el segundo trimestre no son muy alentadoras, ya que el crecimiento de la ventas de sistemas, el punto fuerte del consorcio, serán más bajas de lo esperado.
Difícil recuperación
La recuperación del sector no será rápida. Ericsson espera que las ventas de teléfonos móviles serán de entre 430 y 480 millones de unidades este año, cifra similar al pasado. Peor evolución digerirá el mercado de las infraestructuras de redes móviles, con una caída de entre un 5% y un 15% en 2001, frente al crecimiento del 25% del año pasado.
Para adaptarse a los cambios, la meta fijada por Ericsson apunta a la reducción de algo menos de 90.000 los 107.000 empleados que Ericsson tiene en 140 países (un 40% en Suecia). El objetivo es ahorrar 20.000 millones de coronas por año a partir de 2002. Hellström sugirió, además, que si la situación del mercado no mejora, no se descartan nuevos ajustes. Esta vez la medida de ajuste afecta en un 40% a Suecia, y el resto, a los diferentes países en los que está establecido el consorcio, pero no adelantó cuáles. Empleados administrativos, consultores en diversas áreas de la producción y vendedores serán los principales perjudicados.
Aunque los rumores previos al anuncio de ayer hablaban de muchos más despidos (30.000), la noticia conmovió a los distintos sectores de Suecia por sus consecuencias sociales. Las exportaciones de Ericsson constituyen el 15% del total, pero una reducción de personal de tal magnitud repercute, además de en las familias de los afectados, en la vida económica de las ciudades en donde están emplazadas las fábricas del consorcio, que descansa en gran medida en la actividad de éstas. El Gobierno, sin embargo, reafirmó sus cifras de crecimiento de la economía en el 2,6% en 2001.
El ministro de Finanzas, Bosse Ringholm, apeló a la responsabilidad de la empresa para con sus empleados y le reclamó una mejor planificación en su política laboral. Ericsson aclaró que colaborará en la reubicación y asistencia de los despedidos y Hellström llegó incluso a pedir la intervención de la Unión Europea y del Banco Central Europeo (BCE) para contrarrestar los efectos de la desaceleración de la economía y animar a las empresas de telecomunicaciones a llevar a cabo más inversiones en un terreno más seguro. 'Indudablemente, si el BCE bajara los tipos de interés sería de gran ayuda', indicó. La entidad responsable de la política monetaria europea ha recibido muchas presiones para bajar el precio del dinero -que se mantiene en el 4,75% desde octubre pasado- y reactivar la economía.
La otra cara
Mientras los directivos de Ericsson lidiaban con el Gobierno y la opinión pública suecos, los de Nokia presumían de resultados. La compañía finlandesa obtuvo un beneficio neto de 1.045 millones de euros (173.873 millones de pesetas) en el primer trimestre, un 15% más respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Su volumen de negocio creció un 22%, hasta los 8.007 millones de euros (1,3 billones de pesetas). El grupo anticipó un crecimiento del 20% en su cifra de negocio para el segundo trimestre de 2001, lo que supone un descenso en sus previsiones iniciales, que lo situaban en el 30%. 'La compañía está muy satisfecha', afirmó su presidente ejecutivo, Jorma Ollila
Nokia afirmó que está en camino de convertirse en el primer proveedor mundial de infraestructura de telefonía móvil de tercera generación, por delante de su competidor sueco, Ericsson. Nokio pretende conseguir, además, un 40% de cuota de mercado en telefonía móvil, donde ya es el número uno mundial, por delante de la estadounidense Motorola y de Ericsson.
Precisamente, la oveja negra de la empresa sueca continúa siendo la unidad de telefonía móvil, que cada día pierde mercado frente a su rival finlandesa. Las pérdidas en este apartado en este primer trimestre fueron de 5.700 millones de coronas (104.112 millones de pesetas) y el año pasado ascendieron a 16.200 millones (302.800 millones de pesetas).
Ericsson no tuvo más remedio en enero pasado que subcontratar a un grupo estadounidense con sede en Singapur, Flectronics, para que se hiciera cargo de la producción de esta unidad en las factorías de Ericsson en Brasil, Malaisia y el Reino Unido, además de la que tiene en Suecia. Ericsson mantiene conversaciones con la japonesa Sony para fabricar móviles conjuntamente.
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