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El primer ministro Sharon utiliza a su hijo para enviar mensajes a Arafat

De 'fenómeno nepotista del padre, el hijo y... no se puede decir el Espíritu Santo, sino el espíritu del mensaje, el mensaje al presidente palestino, Yasir Arafat', calificó ayer el jefe de la oposición y líder del frente pacifista de izquierda Mérets, el diputado Yosi Sarid, las reuniones políticas que celebró Omri, el primogénito del primer ministro israelí, el derechista Ariel Sharon. Sarid dijo también que Mérets decidió presentar un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia contra el primer ministro Sharon por ese motivo.

Omri Sharon, de 38 años y sin cargo oficial, se entrevistó al menos dos veces con Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, desde que su padre -que enviudó hace apenas un año- asumió el poder, hace poco más de un mes. Sharon envió a Arafat, a través de su hijo Omri, mensajes personales para tratar de poner fin a la violencia que enfrenta a israelíes y palestinos desde hace casi siete meses.

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El hijo mayor de Sharon desempeñó un papel muy activo en la campaña electoral de su padre, que quiso nombrarlo para un cargo oficial en la Oficina del primer ministro, lo que prohibió el fiscal general del Estado, Eliakim Rubinstein.

'El primer ministro tiene la obligación de cumplir las órdenes o instrucciones del fiscal general del Estado', dijo Sarid.

Sharon -líder del partido derechista Likud- alegó en su defensa que 'involucrar a familiares es una tradición en Oriente Próximo, y en este caso se trataba de salvar vidas humanas'.

Pero, después de que el domingo trascendiera la última reunión de Omri Sharon con Yasir Arafat, el fiscal general amonestó al primer ministro y afirmó que 'el Gobierno no es una cuestión privada'. A esto repusieron allegados de Sharon que 'el fiscal general tiene segundas intenciones y motivos ocultos para decir lo que dijo'.

En todo caso, el fenómeno Omri Sharon despierta opiniones encontradas en Israel. Y, contradicción de contradicciones, la diputada laborista Yael Dayán dijo -de forma inesperada- que 'las relaciones personales son importantes', mientras que el diputado del Likud Mijael Eitán dijo que 'no es una conducta apropiada en un Estado de derecho'.

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