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La derecha reclama a Bush represalias comerciales contra China por el conflicto del avión espía

Pekín reclama disculpas por el incidente del avión

'Cada día que pasa se incrementa la posibilidad de que nuestras relaciones con China resulten dañadas', dijo Bush a los periodistas antes de una reunión de su Gobierno consagrada al presupuesto. Sus portavoces precisaron luego que Bush sigue negándose a pedir perdón y propone resolver el caso con la liberación de los militares estadounidenses y la puesta en marcha de una investigación conjunta sobre el incidente.

Bush todavía no había hablado ayer con su homólogo chino, Jiang Zemin. Y no lo hará hasta tener garantizados resultados positivos, según informó Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca. China, entretanto, seguía considerándose la víctima del contencioso y esperando las disculpas estadounidenses. En una muestra de la amplitud de las divergencias entre las dos potencias, Pekín hizo saber ayer a la Unión Europea que apoya el tratado de Kioto sobre la lucha contra el cambio climático, que ha sido rechazado por Bush.

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Powell fue más lejos que Bush y afirmó que el caso del avión espía 'ya ha comenzado a efectuar un serio daño' a las relaciones entre Washington y Pekín. El secretario de Estado mencionó las cancelaciones de visitas a China de delegaciones económicas. Otras fuentes republicanas concretaron las amenazas y mencionaron un posible veto de Washington a la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio y la venta de armas estadounidenses de alta tecnología a Taiwan. En China, que el pasado año tuvo un superávit comercial de 8.400 millones de dólares (más de un billón y medio de pesetas) con EE UU, esas amenazas fueron recibidas con inquietud en los medios empresariales.

Tras pensar que el asunto se resolvería durante el fin de semana, el pesimismo crecía ayer en Washington. Nadie veía una fecha y una salida clara al contencioso. 'La diplomacia se toma su tiempo', declaró Bush. EE UU no sabía cómo sortear la exigencia china de disculpas, que atribuía al 'tradicional orgullo' de ese país, la sustitución del maoísmo por el nacionalismo como ideología de su partido comunista y la lucha de clanes en la cúpula del poder en Pekín.

El Ejército Popular de Liberación (EPL), que tiene en su poder el EP-3 y a sus tripulantes, está dominando el pulso, según los analistas de Washington. Los militares chinos califican de arrogante e imperialista la conducta de EE UU tras la desaparición de la URSS. Ya antes de este incidente, el incremento de los vuelos de espionaje estadounidenses en las costas meridionales de China irritaba al EPL.

Ruan Gouqin, la esposa del piloto chino desaparecido en el incidente del primer domingo de abril, ha escrito una carta a Bush en la que le acusa de 'cobardía'. Se desconocía ayer el contenido de la respuesta de Bush a esa carta; pero lo que era evidente es que ni los instrumentos de alta tecnología de EE UU ni sus analistas lógicos y pragmáticos habían encontrado la fórmula para lidiar con un contrario que no pide nada material, pero habla de 'cobardía' y exige 'perdón'.

Bush seguía ayer evitando emplear la palabra 'rehenes' para referirse a los 24 militares retenidos en la isla china de Hainan. Pero su correligionario Henry Hyde, presidente del comité de Exteriores de la Cámara de Representantes, no se andaba con tanto cuidado. 'Creo', dijo Hyde, 'que la palabra rehenes es la que se corresponde a esta situación'. Resucitaba el espectro de la crisis de los rehenes de Teherán, a finales de los setenta, en los albores del régimen de los ayatolás.

Pilotos chinos de combate, formados en una protesta por el accidente con el avión de EE UU, el domingo en Hainan.
Pilotos chinos de combate, formados en una protesta por el accidente con el avión de EE UU, el domingo en Hainan.REUTERS

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