Baeza acoge unos cursos sobre el turismo cultural y ecológico

Medio centenar de personas debaten en la Universidad Antonio Machado de Baeza (Jaén) nuevos modelos de gestión y aprovechamiento del patrimonio dentro del curso de experto universitario en turismo cultural y ecológico organizado por la Universidad Internacional de Andalucía. El curso, que se extenderá durante todos los fines de semana hasta el mes de junio, pone el acento en los modelos de gestión más descentralizados y autónomos en relación con las administraciones públicas, así como la diversificación de las fuentes de financiación y comercialización de los productos turísticos.

El director de este curso del centro de Baeza, Jordi Padró Werner, consultor en Patrimonio, Museología y Turismo Cultural y director de la sociedad turística Stoa, considera que la gestión del patrimonio cultural y ecológico no es competencia exclusiva de las administraciones. 'Deben implicarse también los empresarios, las asociaciones y los voluntarios', afirma.

Partiendo de la base de que el patrimonio constituye un motor de crecimiento y de creación de puestos de trabajo, Padró anima a los empresarios y otros agentes sociales a involucrarse en nuevas formas de comercialización de productos turísticos derivados o a través del patrocinio, el mecenazgo o las asociaciones.

A su juicio, la tutela del sector público en relación a la gestión y conservación del patrimonio puede quedar en evidencia en Andalucía cuando deje de ser región Objetivo 1 por parte de la Unión Europea.

Carlos Romero Moragas, del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Antonio Ortega, de la Universidad Internacional de Andalucía, o Ramón Zabalza, de la Secretaría General de Turismo del Gobierno central, son otros de los ponentes de este curso con el que se pretende aumentar la capacitación de graduados y licenciados universitarios para convertirlos en profesionales especializados en el turismo cultural y ecológico.

Contra la 'ecotasa'

Jordi Padró se mostró contrario a la aplicación de la ecotasa que en estos momentos estudia un grupo de trabajo del Parlamento andaluz 'porque sería algo agresivo para los visitantes'. En su opinión, 'la sociedad debe asumir el principio de quien contamina, paga', aunque alerta sobre las consecuencias de un gravamen circunscrito al sector turístico.

'No es justo que el impuesto se aplique sólo al sector servicios, lo que hay que hacer es tener imaginación para ver cómo generar nuevos recursos para la conservación del patrimonio', subraya Padró, para quien lo ideal es que 'la gente pague en función a la calidad de los servicios'.

Padró ve también 'dificultades' para plasmar el impuesto verde que el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, anunció la semana pasada en el Parlamento autonómico.