Una protesta vecinal bloquea la actividad de una cementera en Tarragona
Una veintena de vecinos del barrio tarraconense de Camp Clar se concentraron a las 6.30 horas de la madrugada de ayer ante las puertas de la fábrica de cemento Esfera e impidieron la entrada y salida de los camiones durante toda la mañana. Los vecinos se oponen a la construcción de un molino de áridos en la citada cementera porque consideran que está situada muy cerca de sus viviendas y que la fábrica supondrá una gran contaminación. Hoy, los representantes vecinales, que se oponen también a la propuesta del Ayuntamiento de que el molino se traslade en cinco años, se reunirán con representantes municipales.
Ayer, los vecinos de Camp Clar llegaron a echarse al suelo para impedir la entrada y salida de los camiones de la fábrica que la empresa tiene en el polígono Entrevías, lo que supuso momentos de tensión con los conductores de los vehículos. La presencia de agentes de la Guardia Urbana, Cuerpo Nacional de Policía y Mossos d'Esquadra evitó que los incidentes llegaran a más.
Además de protestar contra la construcción del molino, la concentración se realizó para denunciar que la empresa sigue vendiendo cemento terceros cuando sólo tiene permiso para fabricar el cemento necesario para construir el polémico molino de áridos, que está previsto que inicie su actividad el próximo mes de junio.
El bloqueo finalizó alrededor de las 13.30 horas de la tarde, después de que responsables de la empresa y representantes de los vecinos y del Ayuntamiento se reunieron en la subdelegación de Gobierno a instancias del subdelegado, Raúl Navarro.
Espontaneidad
El presidente de la Asociación de Vecinos, Manuel Pelado, aseguró que la concentración vecinal se planteó espontáneamente y que no había obedecido a una convocatoria previa. Pelado subrayó la incongruencia del Ayuntamiento de Tarragona de, por un lado, expedientar a la empresa por la venta de cemento y, por otro, mantener su apertura y facilitar así la continuidad de su actividad.
El Ayuntamiento de Tarragona acordó el pasado viernes abrir un expediente sancionador, que puede acabar en una multa de hasta un millón de pesetas a la empresa por la venta de cemento a terceros. Representantes municipales y miembros de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona llegaron a un acuerdo a finales de la semana pasada mediante el cual el Ayuntamiento se comprometía a trasladar el molino en cinco años.
Durante el día de hoy, los representantes del barrio de poniente de la ciudad mantendrán un encuentro nuevamente con los representantes del consistorio. El alcalde de Tarragona, el convergente Joan Miquel Nadal, se mostró ayer enojado por la actitud de la empresa, que, pese a ser conocedora de la apertura del expediente, continúa con la venta de cemento.
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