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Las plusvalías de la volatilidad

La Bolsa de Madrid cierra con leves ganancias un trimestre marcado por el miedo a la recesión

La evolución de la Bolsa en el primer trimestre del ejercicio ha sido más favorable de lo que se esperaba en un primer momento, al menos para el mercado español. El Ibex 35 gana el 2,18%, y el índice general de la Bolsa de Madrid, el 0,87%, una buena respuesta que, sin embargo, esconde una enorme volatilidad y una precisa selección de valores, puesto que sólo la mitad de los valores del Mercado Continuo consiguen subir en estos tres meses.

Las expectativas de un enfriamiento brusco en Estados Unidos se han cumplido -el crecimiento del PIB del cuarto trimestre de 2000 ha sido revisado a la baja hasta el 1%, desde una previsión inicial del 1,4% y un dato provisional del 1,1%- y quedan muchas dudas sobre el inicio de la recuperación, aunque la confianza de los consumidores muestra síntomas de mejoría.

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La entrada de Japón en este escenario de crisis con el anuncio de que su economía pasa a una fase de deflación forzó una inyección de liquidez al sistema financiero para intentar reactivar el consumo y amenaza con el contagio a todo el sureste asiático. El Banco Mundial ha revisado a la baja sus perspectivas de crecimiento para este año para todos los países de la zona, lo que empieza a recordar a la crisis de 1997 y deja en entredicho el pretendido aislamiento de la UE de las crisis ajenas.

Después de negar durante algún tiempo que Europa se fuera a ver contagiada por la debilidad de la economía de Estados Unidos, ahora se reconoce que el crecimiento económico 'se ha enturbiado' y se prepara una revisión a la baja de las expectativas publicadas en octubre. Algunos expertos barajan cifras de crecimiento entre el 2,5% y el 2% para el conjunto de la eurozona, datos que encajan mejor con la reciente caída de la confianza empresarial en Alemania y con el descenso de la producción industrial en la UE, últimos datos conocidos sobre este asunto.

La negativa del BCE a bajar los tipos de interés en esta última semana ha abierto un debate entre los analistas. Los hay firmes partidiarios del descenso de tipos aquí y ahora para que las bolsas reaccionen con rapidez, como Alfonso García, responsable de renta variable de Analistas Financieros Internacionales (AFI), y quienes matizan esa posibilidad, como Mariano Colmenar, analista de banca de Eurocofin, que, tras considerar que bajadas adicionales de tipos en EE UU y en Europa ayudarían a la Bolsa, añade que el detonante de una reacción alcista serían las 'buenas noticias en el entorno empresarial y síntomas de recuperación económica en Estados Unidos'. Este último punto, los resultados empresariales, es una de las grandes preocupaciones para inversores y analistas y la situación actual vuelve a recordar demasiado los últimos meses de 1998, cuando los coletazos de la crisis asíatica pasaron factura a las empresas estadounidenses.

Los beneficios antes de impuestos de las empresas de Estados Unidos cayeron el 4,3% en el último trimestre de 2000. Es ésta la primera vez que bajan desde finales de 1998. Este dato confirma que el enfriamiento económico comenzó con mucha fuerza en el cuarto trimestre del año pasado y, a juzgar por el número de grandes empresas que efectúan ajustes en su producción actual y futura mediante despidos, no parece que la recuperación esté a la vuelta de la esquina.

Aunque en el conjunto del año 2000 los beneficios empresariales estadounidenses crecieron el 4,4%, los resultados del último trimestre obligan a mantener la guardia alta y a esperar acontecimientos, ya que de momento los tres recortes de tipos de interés decididos por la Reserva Federal de Estados Unidos, desde el 6,5% hasta el 5% en apenas dos meses, no parecen haber mejorado demasiado la confianza empresarial. Sin embargo, nadie espera un periodo de glaciación para las empresas; no se prevé una etapa de vacas flacas. Así que por ese lado no hay razones para temer una volatilidad prolongada.

El BCE busca estabilidad a medio y largo plazo y parece huir de las decisiones apresuradas, ortodoxia ante todo, de ahí que prefiera fiarse de sus expectativas de inflación futura antes que de las necesidades inmediatas de los mercados.

Los responsables del BCE ven todavía presiones inflacionistas a corto plazo en precios y salarios como consecuencia del encarecimiento del petróleo al final del pasado ejercicio. Se espera que a finales del segundo trimestre esas presiones sean menores o hayan desaparecido, lo cual podría dar lugar a ajustes a la baja en la política monetaria. La pregunta del millón es si para entonces, con Estados Unidos y Japón adoptando decisiones más rápidas y agresivas, no será demasiado tarde para la UE.

En este sentido, los analistas ven a las bolsas más dependientes de lo que suceda en Estados Unidos, posiblemente porque va a pasar más deprisa y porque las bolsas reaccionan al unísono con Wall Street y Nasdaq, sin tener demasiado en cuenta los problemas internos. El verdadero problema para la evolución de las bolsas en el segundo trimestre y, lógicamente, para el resto del año está en que la contracción económica de Estados Unidos sea más larga de lo previsto y termine provocando alguna desaceleración en otras economías, como la de la UE. En ese supuesto, los problemas de las bolsas durarían hasta bien entrado el segundo semestre.

Hay una coincidencia amplia en que el segundo trimestre que ahora empieza todavía será volátil para las bolsas, pero con una oportunidad creciente de recompra de acciones debido a la situación del mercado, que consideran 'sobrevendido'. En cuanto a las preferencias de los analistas respecto de sectores y empresas, todos recomiendan la selección, aunque no se ponen de acuerdo en el fondo. Prefieren los 'valores cíclicos sujetos a consumo', porque se verán favorecidos por un entorno de tipos a la baja como el actual y hay quien entra en los valores tecnológicos, aunque aquí no hay unanimidad.

De los valores tecnológicos afirman que han sido castigados excesivamente y de forma indiscriminada. Dentro de las tecnológicas, establecen diferencias entre empresas con problemas financieros y de modelo de negocio, que hay que evitar, junto a empresas líderes en su sector y cuyos datos fundamentales son buenos, pero que han entrado en el cajón con todas las demás en el Nasdaq y 'nuevos mercados' europeos, las cenicientas del mercado, con caídas de hasta el 25%.

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