El AVE a Barcelona, por la vía política
La adjudicación de los trenes de alta velocidad para el trayecto Madrid-Barcelona a la española Talgo y la alemana Siemens ha envuelto el proyecto en las sombras de la política. Al menos así lo piensa Alstom, la multinacional francesa que ha quedado excluida de la operación, pese a haber ganado el concurso del AVE a Sevilla en 1992.
El secretismo del proceso y el control que ha ejercido el Ministerio de Fomento hacen creer a círculos cercanos al proyecto que, más que criterios técnicos, en la elección han primado criterios políticos. Entre ellos, compensar a Alemania por la venta de la empresa de armamento Santa Bárbara a EE UU.
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