El cine independiente de EE UU premia a Bardem

Bardem, con el premio en la mano, señaló: 'Ésta es la prueba de que mañana [por ayer] no voy a ganar'. Acompañado de su familia y amigos (que llegaron a Los Ángeles antes del fin de semana para asistir a la gala celebrada la pasada madrugada en el Shrine Auditorium) logró imponerse a Andrien Brody, por su trabajo en Restaurant; Billy Crudup, por Jesus Son; Hill Harper, por The visit, y, finalmente, Mark Ruffalo, por You can count on me. Incluso entre los medios de comunicación norteamericanos, el más conocido de los cuatro candidatos era el español.

La película de Julian Schnabel, que contaba con cuatro candidaturas, se tuvo que conformar con un único premio: el de Bardem. Los premios del cine independiente, concedidos por una asociación que agrupa a más de 5.000 miembros, se otorgan cada año en una carpa blanca instalada en la playa de Santa Mónica. Para Bardem, este galardón se suma al que le entregó en enero la asociación de críticos de Nueva York. El actor español recibió la estatuilla de la mano de uno de los popes del cine independiente norteamericano, el director John Waters.

Bardem, que tan sólo intercambió unas palabras con los periodistas antes de recibir el premio, repitió una vez más sus impresiones de estos días, sus pocas esperanzas de volver con el Oscar ('no cuento ni con un milagro') y sus ganas de descansar después de una 'dura campaña'.

Pero la gran ganadora de estos premios al espíritu independiente -cuyos criterios son el bajo presupuesto, la financiación al margen de los estudios y que aborde un tema original o provocativo- fue la taiwanesa Tigre y dragón, de Ang Lee, una película de raíz independiente, pero que tiene a sus espaldas toda la maquinaria de promoción de los grandes estudios. La película de Lee logró llevarse los premios más importantes, incluido el de mejor película. Tigre y dragón, candidata a 10 oscars y que ha recaudado más de 100 millones de dólares (más de 18.000 millones de pesetas) en Estados Unidos, fue la mejor película independiente del año; Ang Lee, el mejor director, y Zhang Ziyi, la mejor actriz secundaria.

Ellen Burstyn (la madre de la niña de El exorcista) logró el premio a la mejor actriz del año por su desmelenada interpretación de la madre de un drogadicto enganchada a su vez a pastillas adelgazantes en Requiem for a dream (Requiem por un sueño), mientras que otro candidato al Oscar, Willem Dafoe, se ha hecho con el galardón al mejor actor secundario por su interpretación en La sombra del vampiro.

Los grandes ausentes

Ellen Burstyn, Willem Dafoe y Javier Bardem coincidieron horas después en la muy distinta gala de los oscars. Los tres (en principio ninguno era favorito en sus respectivos oscars) se cruzaron en un patio de butacas abarrotado de estrellas del cine norteamericano, en el que los grandes ausentes fueron los británicos Albert Finney (candidato al mejor actor secundario por Erin Brockovich, que ha preferido quedarse tranquilamente en su casa de Londres) y Michael Caine (previsto como presentador y que finalmente también ha suspendido su viaje).

Thom Yorke, líder del grupo Radiohead, tampoco acompañó, como se había anunciado, a Bjork sobre el escenario del Shrine Auditorium. La cantante islandesa, descalza y abstraída, dejó perplejos a los organizadores y a los realizadores de televisión norteamericanos durante los ensayos de la gala, en la que interpretó el tema principal de la película de Lars von Trier Dancer in the dark. Bob Dylan actuó en directo, pero, eso sí, desde Australia.