RBA excluyó a Javier Marías del libro de Iberia después de pagarle dos millones

El libro-regalo, titulado 12 autores para una nueva era, consta de 94 páginas encuadernadas en tapa dura. Doce escritores narran una historia en torno a otros tantos hitos históricos. Los autores son Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa, Juan Marsé, Guillermo Cabrera Infante, Rosa Montero, Rosa Regàs, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Goytisolo, Eduardo Mendoza, Javier García Sánchez, Almudena Grandes y Jesús Ferrero. Todos ellos, salvo Grandes, pertenecen a la agencia de Carmen Balcells. La poderosa agente catalana fue cofundadora de RBA, en 1981, junto a Ricardo Rodrigo y Roberto Altarriba.

Las negociaciones para que Marías participara en el libro colectivo se efectuaron entre la editorial RBA y la agente literaria del escritor, Mercedes Casanovas. La propuesta fue hecha en noviembre de 1999 y en la oferta se explicaba a Marías que la editorial RBA preparaba un libro para la compañía Iberia. Se añadía que sería una edición no venal y que tendría una tirada de 400.000 ejemplares. Entre otras cosas, también se decía que se pagarían dos millones de pesetas por seis hojas holandesas y que el tema debía estar 'relacionado con el aire'. La fecha tope de entrega de los originales era el 9 de noviembre de 2000.

Javier Marías aceptó la propuesta y envió un texto titulado Aviones marineros. La editorial RBA le pagó los dos millones acordados y no volvieron a mantener ninguna comunicación. La sorpresa del escritor fue tan desagradable como mayúscula cuando el pasado viernes, 16 de marzo, el libro se presenta y su texto no aparece en el mismo.

El epílogo de un joven

Jaime Crusellas, director de promociones de RBA, explica que el encargo de realizar el libro llegó a la editorial a través de la agencia FCB, dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). 'Se nos pidió que buscáramos 12 autores para escribir textos de ficción vinculados a 12 hitos históricos. RBA hizo la lista y fue siempre la misma. No ha habido variaciones ni Iberia ha entrado a opinar sobre los autores'.

Aunque inicialmente la editorial RBA responsabilizó a Iberia en un fax enviado al escritor con fecha de 19 de marzo de 2001, el ejecutivo de la editorial asegura ahora que el envío de ese fax fue un error cometido por una empleada desinformada. Crusellas añade que a alguien de la editorial se le ocurrió añadir un epílogo al libro y que fuera escrito por un autor de menos de cuarenta años. 'Un joven con otra mirada. Se lo pedimos a Javier Marías. Luego vimos que, si incluíamos el epílogo, la paginación del libro tendría que ser ampliada en un mínimo de ocho páginas. La SEPI no aprobó la ampliación del presupuesto y, a la vez, la privatización de Iberia, es decir, la salida a Bolsa, sufría varios aplazamientos'.

¿Por qué no se comunica nada al autor? 'Porque todo el trabajo se desarrolla en medio de la incertidumbre que producen los aplazamientos'.

Crusellas prefiere no precisar quiénes fueron los que consideraron que era prácticamente un autor novel (lleva 30 años publicando) y más jovencito que el resto. 'Pensamos en algún momento en Lucía Etxebarria, pero estaba de viaje, y, finalmente, llamamos a Marías'.

Por parte de Iberia reiteran que no han tenido nada que ver con la selección y aseguran lamentar profundamente lo ocurrido. El director de comunicación de la empresa, Luis Díaz Güell, añade que nunca ha estado en el ánimo de Iberia 'excluir a nadie ni en éste ni en ningún otro proyecto de la compañía'.

Dinero por nada

Ante lo sucedido, Marías cree que ha habido un comportamiento desconsiderado, prepotente y dilapidador. Sobre la situación actual, dice que no tiene por costumbre recibir dinero a cambio de nada. 'Bien es verdad', dice, 'que cumplí con mi compromiso e hice el trabajo, pero, al no haberse utilizado mi texto, he preguntado a RBA si desean que devuelva parte de la suma cobrada. Aún no me han respondido'.

Sobre los argumentos dados para su exclusión opina que las explicaciones son contradictorias. 'No tienen ni pies ni cabeza y no resultan creíbles. Nunca hubo 13 textos previstos. Ni al principio ni al final. Estuve incluido en el proyecto desde su inicio o, al menos, antes que otros que han permanecido en él. El precio de editar seis o siete páginas más es irrisorio. Más aún en un proyecto que no parecía reparar precisamente en gastos, y es ridículo que abaratarlo consista en tirar dos millones, ya pagados, por la borda. Algo se oculta, es mi impresión'.

Aunque reconoce que no puede saber la causa de su exclusión, el escritor afirma que no puede evitar tener la impresión de que ha habido un veto a posteriori. 'De la editorial, de Iberia o de algún otro autor tal vez acostumbrado a imponer vetos y a las cacicadas. Lo que aducen no es coherente ni verosímil, ni me satisface. Ellos sabrán'.