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ESTA SEMANA
Columna
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Bienvenido Álvarez Cascos

Mientras el presidente de los empresarios andaluces, Rafael Álvarez-Colunga, no tenía empacho alguno en tachar de 'cicatera' la actitud tanto de la Junta como del Gobierno central con respecto a la política inversora en Andalucía, unos 17.000 trabajadores del campo en la provincia de Sevilla secundaban un paro contra la patronal agraria, reivindicando mejoras laborales para acabar con lo que llamaban el régimen de esclavitud en el que se encuentran los jornaleros. Reclamaban entre otras cosas una subida salarial de 500 pesetas.

A Álvarez Colunga le han llovido las críticas, sobre todo de los representantes de la Administración andaluza. A lo que se ve, en el Gobierno central no se han dado por aludidos. Es más, esta semana, uno de sus representantes, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, realizará una triunfal gira por Andalucía, ocasión que sin duda aprovechará para anunciar la extensión del AVE allá donde se le pida y para recordar que no se han hecho hasta ahora más infraestructuras en la región por culpa, cómo no, de los socialistas.

En política, los espacios no se otorgan, se conquistan y ocupan. Algo de esto le ha podido ocurrir a un dirigente de los empresarios como Álvarez Colunga, cuya propensión a meterse en otros terrenos ha hecho que cobre más protagonismo incluso que la jefa de la oposición, Teófila Martínez, brindando así a los socialistas un debate en el que se sienten cómodos, al facilitar la escenificación de un Gobierno de izquierdas que se enfrenta a la patronal, esto es, a la derecha de toda la vida.

Claro que la alcaldesa de Cádiz tendrá el refuerzo, además, de la presencia este jueves en Sevilla del secretario general del PP, Javier Arenas. Su irrupción en la política andaluza imprime siempre más relieve a la labor de oposición que se plantea ante el Gobierno andaluz, en donde observan con atención cómo algo se mueve en el PP de cara a Andalucía, incrementándose, por lo pronto, el desfile de ministros por esta comunidad.

Y ocurre en un momento en el que el Ejecutivo autonómico se tiene que amarrar los machos con un pleno en el Parlamento andaluz en el que se puede considerar que se somete a prueba el grado de cohesión de la coalición de gobierno PSOE-PA. Las propuestas para la apertura de una comisión de investigación sobre la A-92, la puesta en marcha de las negociaciones en torno a la ley de Cajas entre PSOE y PP, las comparecencias previstas en la Cámara para analizar el proyecto de la ecotasa o el caso Atlanterra, otra vez, van a servir para conocer el estado de unión existente entre los socios de gobierno, si se tiene en cuenta que el ya candidato a la presidencia de la Junta Antonio Ortega está más dispuesto que nunca a diferenciar su discurso del de los socialistas antes de que su contrincante directo, Pedro Pacheco, le robe más terreno del necesario.

A propósito de la A-92, está claro que se echa de menos una defensa más enérgica de esta vía de comunicación por parte de la consejera de Obras Públicas, Concha Gutiérrez, al frente de un departamento en el que todavía está por igualar, al menos, el nivel político que se alcanzó con Francisco Vallejo, ahora en la Consejería de Salud.

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Pero puestos a destacar relevancias alternativas, conviene subrayar la del alcalde de Huelva y vicepresidente del PP andaluz, Pedro Rodríguez. Su talante difiere notablemente del de su presidenta, Teófila Martínez, hasta el punto de que no disimula su malestar por la iniciativa de prolongar la acción de boicoteo que mantienen los populares en el Parlamento hacia el portavoz socialista, José Caballos. Una situación que volverá a repetirse en esta sesión plenaria.

Pero al margen de estas disquisiciones políticas, en el ámbito socioeconómico andaluz se mantiene abierto el frente pesquero. Esta semana se producirá el que parece último intento negociador entre la UE y Marruecos. El escepticismo se ha adueñado de todo el sector, que ya comienza a echar en cara a los negociadores europeos que no se haya sido sensible con las necesidades del vecino país para así facilitar un acuerdo inmediato que tanto reclama la industria pesquera andaluza.

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