China pide a Bush que no venda armas a Taiwan
En el primer contacto al máximo nivel con el nuevo Gobierno de EE UU, China ha mostrado su enfado por la posible venta de cuatro destructores a Taiwan. La visita a Washington del viceprimer ministro chino, Qian Qichen, máximo responsable de política exterior de su país, se produce en un momento complicado en la ya de por sí tensa relación entre ambos países: la policía china mantiene detenida a una profesora de la American University acusada de espionaje, mientras el Congreso acaba de aprobar en Washington una resolución en la que se opone a la celebración de los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín.
Los contactos de Qian con el presidente de EE UU, George W. Bush, y los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Defensa, Donald Rumsfeld, vinieron acompañados de la típica declaración de buenas intenciones, pero éstas no fueron suficientes para esconder las múltiples divergencias que enfrentan a los dos países.
En primera línea de la confrontación diplomática se sitúa la posible decisión de EE UU de vender a Taiwan varios buques de guerra. A China le molesta que los barcos estén equipados con un sistema sofisticado de radares que permite detectar y derribar los misiles enemigos. Oficialmente, EE UU apoya lo que aquí denominan 'una China única', pero al mismo tiempo mantiene vínculos con Taiwan en el terreno militar. Washington todavía no ha tomado una decisión sobre la petición de compra por parte de Taiwan.
Bill Clinton aplazó la decisión y Bush, de momento, tampoco se ha manifestado al respecto. Según el Departamento de Estado, EE UU sólo vende a Taiwan 'lo adecuado y necesario para cubrir sus necesidades defensivas'.
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