Barajas y la privatización de Iberia

Es bien sabida la dependencia entre una compañía aérea y el aeropuerto en el que tiene su base operativa. Ahora que se está iniciando la privatización de Iberia, los pequeños inversores deben saber algunas cosas que, por supuesto, no están en la almibarada campaña publicitaria que la compañía ha lanzado. Desde que se inauguró la tercera pista de Barajas, los afectados por el ruido estamos viviendo una pesadilla que, lejos de solucionarse, se está agravando con las mentiras y la retirada de compromisos que habían sido adquiridos por el Ministerio de Fomento.

La tercera pista se abrió de forma ilegal y ninguna de las medidas para evitar el impacto medioambiental han sido puestas en práctica. Los afectados por el ruido hemos recurrido a todos los cauces posibles, jurisdicción española y europea, para conseguir que esa tercera pista se cierre y que no se amplíe Barajas. Sé que tenemos pocas posibilidades de éxito porque la justicia es lenta y la prepotencia de la Administración contra la que nos enfrentamos nos desalienta. Pero estamos defendiendo una causa justa y es posible que, tarde o temprano, se atiendan nuestros derechos humanos; sirva el ejemplo de Pinochet o de los militares argentinos finalmente procesados.

Los pequeños inversores tienen que saber el perjuicio que Barajas, con la complicidad de Iberia, está causando a más de 500.000 habitantes del entorno de ese aeropuerto; deben saber, además, que la suerte de una compañía aérea está ligada a la del aeropuerto que le sirve de base, y deben saber que lucharemos por conseguir que la agresión a la que estamos sometidos desaparezca, y si lo conseguimos, la compañía aérea puede verse seriamente afectada. Como uno más de los afectados, quiero llamar a la solidaridad de los pequeños inversores, los grandes como entidades financieras llevan años siendo cómplices de la situación, y comentarles algo que no verán en la publicidad: podemos conseguir que Barajas acabe siendo un aeropuerto más importante aún de lo que es actualmente. Es difícil, pero debemos comunicarles que estamos en ello y, si lo conseguimos, su inversión también puede verse afectada.