El Gobierno italiano amenaza a Radio Vaticana con cortarle la electricidad
Polémica por la peligrosidad de sus antenas
'Es una decisión extrema que espero no tener que tomar', explicó Bordon en un encuentro con la prensa extranjera en Italia, y confió en que 'Radio Vaticana se adecue a los límites previstos o adopte sistemas de transmisión diferentes'.
Sobre la emisora que difunde la palabra del Papa pesa desde hace meses la acusación, basada en sólidos informes médicos, de estar poniendo en peligro la salud de los 100.000 habitantes de la localidad de Cesano, en la periferia norte de Roma, donde está instalado el centro emisor. Un informe de la Agencia del Medio Ambiente (ANPA) que recoge estadísticas médicas, señala un aumento considerable de los casos de leucemia en un área de unos diez kilómetros cuadrados en torno al centro emisor. Un bosque de antenas que contamina la atmósfera muy por encima de los límites fijados por una ley que aprobó el Parlamento italiano el pasado día 8.
Antes de cortarle la corriente eléctrica a tan poderosa emisora, las autoridades italianas efectuarán de nuevo un control de la zona para ver si la situación ha mejorado. 'Una muestra recogida por la ANPA los pasados lunes y martes demostró que se habían superado de forma masiva los límites de emisión, fijados por la ley en seis voltios-metro', declaró Bordon. 'En las calles próximas a las antenas los niveles han llegado a superar 18 voltios-metro, lo que es suficiente para hacer saltar la alarma total'.
Federico Lombardi, director de programas y miembro de la Compañía de Jesús, que controla la emisora desde hace medio siglo, calificó ayer de poco apropiadas las declaraciones del ministro, porque existe ya una comisión mixta Gobierno-Santa Sede para estudiar una salida. En dicha comisión 'hay un representante del ministerio, con el que parecía que sería posible colaborar adecuadamente'.
Radio Vaticana, que comenzó a emitir en 1931 con la ayuda de Guillermo Marconi, trasladó su centro de transmisión a Santa Maria di Galeria, un territorio cedido por Italia a la Santa Sede en 1951. Entonces la zona estaba deshabitada y las antenas no molestaban. Ahora residen unas 100.000 personas y sus protestas cuajaron en un proceso contra los responsables de la emisora. La Santa Sede no acepta la legalidad del juicio y los acusados se sienten protegidos por la 'extraterritorialidad', en su calidad de 'habitantes' de otro Estado.
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