Macedonia se suma a los éxodos de los Balcanes

Ayer, los alrededores de la ciudad de Tetovo, cerca de la frontera entre Macedonia y la provincia Serbia de Kosovo, vivieron por tercer día consecutivo violentos combates entre fuerzas regulares macedonias y guerrilleros albaneses del denominado Ejército de Liberación Nacional Albanés (UCK). Los macedonios emplearon armamento pesado contra las posiciones albaneses, quienes respondieron con fuego de mortero. En los combates resultaron dañadas las infraestructuras de la zona, por lo que varias localidades quedaron sin fluido eléctrico. Testigos en la zona aseguraron que desde Tetovo, habitada en un 80% de albaneses, eran visibles los combates y se escuchaban también los disparos efectuados por francotiradores. Unas 2.000 personas huyeron ayer de la ciudad en dirección a Skopje.

Con este panorama, Kerim viaja a Bruselas por segunda vez en menos de dos semanas, prueba de la creciente preocupación que están generando las acciones de la guerrilla albanesa en la comunidad internacional y las escasas respuestas por parte de la Organización Atlántica

Los Quince pedirán al representante del Gobierno macedonio el fortalecimiento de los derechos humanos y de la representación política de la minoría albanesa, según fuentes de la presidencia de la Unión, que durante este primer semestre ocupa Suecia. Los ministros de Exteriores de los Quince acordarán el lunes enviar esa misma tarde al Alto Representante de la UE, Javier Solana, a Macedonia para explorar con todas las fuerzas políticas fórmulas destinadas a frenar la escalada de violencia y respaldar al Gobierno de coalición.

Tanto Solana como el comisario de Exteriores, Chris Patten, mantuvieron ayer largas conversaciones telefónicas con el presidente macedonio, Boris Trajkoski. 'Macedonia se enfrenta a un movimiento extremista inspirado en el odio étnico, pero está decidido a salvaguardar su soberanía y su integridad territorial', según Trajkoski. Para el enviado especial de la ONU a los Balcanes, Carl Bildt, los episodios de violencia en los últimos días en Tetovo, la segunda ciudad del país, situada a medio centenar de kilómetros al oeste de Skopje, son algo más que simples escaramuzas de simpatizantes del UCK. 'Lo que está sucediendo en Tetovo es uno de los episodios más alarmantes de los últimos diez años en los Balcanes', según Bildt.

Por su parte, lord Robertson envió desde Atenas un mensaje de tranquilidad a las autoridades macedonias, al afirmar que la OTAN actuará con firmeza para impedir cualquier estrategia de desestabilización de esta república, que, además de tener frontera con Kosovo y la Serbia bajo control yugoslavo, linda también con Albania, Bulgaria y Grecia. 'La estabilidad de Macedonia no va a ser amenazada por un pequeño número de extremistas que prefieren las balas a las urnas', declaró el secretario general de la Alianza Atlántica tras entrevistarse con el ministro de Exteriores griego, Georges Papandreu. Robertson señaló que las tropas de la Alianza han avanzado más hacia la línea fronteriza entre Kosovo y Macedonia a fin de cortar las líneas de aprovisionamiento de la guerrilla.

La OTAN ha descartado por el momento crear en Macedonia una zona de seguridad en la frontera con Kosovo semejante a la del valle de Presevo, en el sur de Serbia, ni tampoco contempla el envío de soldados de la Fuerza Multinacional de Paz (Kfor). Sin embargo, está dispuesta a incrementar la asistencia militar.

Excluido el incremento de tropas a los Balcanes (60.000 soldados, de los cuales cerca de 40.000 están desplegados en Kosovo), fuentes diplomáticas consideran factible que los países aliados decidan una redistribución de efectivos y trasladen soldados de Bosnia a la zona de conflicto, a pesar de que Estados Unidos ha decidido retirar a más de 700 hombres de esa república.

Paralelamente a la gravedad de la situación en Macedonia, mejora la del valle de Presevo, donde desde el pasado miércoles tropas ligeras y policía serbias controlan la pequeña porción de territorio devuelta por la Kfor. La OTAN se ha comprometido a devolver gradualmente la zona de seguridad de terrestre de cinco kilómetros bajo la condición de que Belgrado ponga en marcha medidas de confianza para la integración de la minoría albanesa. Los Quince, que han aplaudido el alto el fuego y el inicio de negociaciones de paz entre Belgrado y la guerrilla albanesa, dará el lunes luz verde a la propuesta de Solana de enviar más observadores civiles a la zona.