La pastoral del cardenal Rouco en favor de los inmigrantes irrita al Gobierno y al PP

'Cada uno es muy libre de decir lo que estime conveniente. Si a unos les gusta la Ley [de Extranjería] y a otros no, me parece bien'. Así despachó el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, la dura pastoral sobre inmigración que el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, hará leer el próximo domingo en todas las iglesias madrileñas. La oficina de información del Arzobispado difundió ayer esa pastoral.

'La talla ética y moral de una sociedad que quiere ser justa y solidaria la da la forma en que se protegen, de hecho y de derecho, todas las libertades fundamentales, [y] se lucha para que desaparezcan las discriminaciones y desigualdades injustas', dice Rouco, después de reprobar severamente a quienes aprovechan la condición de 'irregularidad legal de los inmigrantes como pretexto para menoscabar su dignidad y sus derechos inalienables como personas, que no pueden ni desconocerse ni violarse'. En lo concreto, Rouco pide a sus parroquias 'una acogida generosa de los inmigrantes, sea cual sea su raza, cultura y religión, o su situación administrativo-legal'.

Con el mismo desdén que el vicepresidente Rajoy se pronunciron también sobre esta pastoral el secretario general del PP, Javier Arenas, y su portavoz parlamentario, Luis de Grandes. Éste calificó las opiniones de Rouco de 'incursiones políticas' [de la Iglesia], que merecen, por tanto, 'respuestas políticas'. 'Ése es el riesgo que se corre', aseveró.