ETA roba en Francia 1.600 kilos de explosivos tras retener a la familia del gerente del polvorín
Detenidos tras el asalto el etarra que secuestró a Aldaya y a Delclaux y un delincuente común
Bertrand Noré, gerente de los depósitos de explosivos, estaba en casa con su familia y una vecina, a las 19.00 del miércoles. El polvorín es propiedad de la empresa Titanite, del mismo grupo al que pertenece el depósito que fue asaltado por ETA y un grupo bretón en Plévin (Bretaña), el 28 de septiembre de 1999, y del que fueron sustraídas más de ocho toneladas de dinamita. Como siempre, Noré había conectado la alarma del polvorín, alojado en una gruta situada a unos 300 metros de la casa. Esa alarma no avisa a la policía, sólo suena en la casa donde vive esta familia, una construcción aislada junto a una zona montañosa, sita a un centenar de kilómetros de las fronteras con Suiza e Italia.
'El comando llegó con dos vehículos y allí mismo robó otros dos', aseguró a EL PAÍS el fiscal de Grenoble, Xavier Richaud. 'Sus ocho miembros emplearon un subterfugio para que la esposa del gerente les franqueara la entrada. Llevaban máscaras y armas largas. La mayoría del comando se llevó al señor Noré, pero dos se quedaron custodiando a la familia en una habitación. Les ataron con cadenas y les mantuvieron vigilados mientras los demás iban a la gruta del polvorín'.
Nicole Destenave, la vecina que estaba en la casa del gerente, no parecía ayer muy asustada. 'Entraron con sus armas y nos mandaron tirarnos al suelo. Llevaban máscaras todo el tiempo. Fueron corteses: como aquello duró cinco horas, nos preguntaron si queríamos beber algo o ir al servicio', detalló. Según su versión, los secuestradores 'hablaban español'. Fuentes policiales afirmaron que parte del comando hablaba 'francés con fuerte acento del sur'. El propio Noré dijo ayer que algunos de los asaltantes hablaban francés.
Richaud explicó que el comando cortó las alarmas y obligó al gerente a abrir los depósitos. 'Se llevaron entre 15.000 y 20.000 detonadores, 10 kilómetros de cordón detonante y 1.600 kilos de explosivos', agregó. El comando metió su botín en un camión que había traído y en otros dos vehículos que robaron allí mismo y se marcharon. Dos terroristas se quedaron en la casa hasta medianoche para dar tiempo al resto a escaparse.
Una vez en libertad, la familia dio la alarma. La Gendarmería organizó controles y en uno de Annonay fue detenido uno de los presuntos participantes en la toma de rehenes. Gregorio Vicario Setién, de 42 años, ex miembro del comando Barcelona y del grupo que secuestró al empresario José María Aldaya y al abogado Cosme Delclaux, fue capturado cuando quiso eludir un control con un coche robado, con matrículas falsas.
Una pistola y un mapa
'En ese coche', explicó el fiscal, 'los agentes encontraron elementos que hacen pensar que el detenido había estado en el asalto'. El vehículo, un Renault 19, fue sustraído en el lugar del robo. La Gendarmería y la Policía Nacional francesa siguen buscando un camión, una furgoneta y un Volkswagen Golf usados por los terroristas y que no habían sido localizados al cierre de esta edición. El etarra detenido llevaba documentación falsa a nombre de Emiliano Díaz, una pistola del nueve milímetros parabellum, 6.000 francos (150.000 pesetas) y un mapa de carreteras con detalles de rutas hacia el País Vasco. Poco después fue detenido un delincuente común, acusado de haber colaborado en el asalto.
El robo de explosivos responde, según fuentes de la lucha antiterrorista española, a la necesidad de ETA de sustituir la dinamita robada en Plévin, caducada desde diciembre de 2000, y de aprovisionarse de detonadores, ya que la banda, en su autocrítica sobre el porqué les fallaban tanto sus bombas (20 atentados frustrados), ha concluido que los iniciadores son defectuosos. Éste es el cuarto robo de explosivos que perpetra ETA en Francia desde 1998.
La oficina de la empresa Titanite, que dispone de 11 polvorines en Francia, permaneció ayer cerrada y sus responsables eludieron hacer cualquier comentario sobre cuáles eran las medidas de seguridad y los indicios de que la instalación hubiera estado bajo vigilancia de alguien sospechoso. Un portavoz de la policía francesa indicó: 'Sean las que sean esas medidas, la investigación las aclarará. Pero, ¿qué se podía hacer para impedir un robo que comenzó con un secuestro de personas?'. Los investigadores piensan que esta nueva acción de ETA, perpetrada en vísperas de las elecciones vascas, no siginifica necesariamente que la banda pretenda iniciar una escalada terrorista en Francia, pero indica su determinación de continuar con sus actividades en España.
El ministro del Interior, Mariano Rajoy, expresó su confianza en que la policía francesa dé 'con la mayor celeridad posible' con los asaltantes. Rajoy coincidió con Joseba Egibar, portavoz del PNV, y el Gobierno vasco en calificar el robo de 'muy mala noticia' y un 'pórtico de atentados'. Poco antes, el presidente del Gobierno, José María Aznar, pidió a quienes calificaron de 'garzonada' la operación contra Haika, en referencia a IU, PNV y EH, que se atrevan a calificar ahora este robo.
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