La pobreza crece en la rica Navarra

La pobreza ha crecido un 10% en Navarra en el último año. Los expertos, sorprendidos por el aumento, señalan que en tiempos de bonanza económica y con las tasas de paro más bajas de España está creciendo el número de hogares necesitados, formados mayoritariamente por mujeres separadas o viudas con hijos a su cargo, minusválidos sin empleo, adultos con patologías mentales e inmigrantes.

Un total de 1.773 hogares navarros, compuestos por unas 2.000 personas, recibieron el año pasado la prestación que el Instituto Navarro de Bienestar Social (INBS) concede a las personas sin recursos. La cifra supone un significativo aumento en una tendencia que permanecía estable desde hacía tres años. En concreto, 414 personas (un 9,8% más) se incrustaron en esas bolsas de pobreza y exclusión social. El presupuesto total del programa ascendió a 845,8 millones de pesetas.

De acuerdo con los datos del INBS, en 1.095 casos (61,7%) el perceptor principal de la unidad familiar necesitada era una mujer, mientras que los hombres fueron el perceptor principal en los 678 (38,2%) hogares restantes. La desfavorable relación entre sexos se mantiene a lo largo de los últimos años. El 44,2% de los hogares pobres se localiza en Pamplona, donde vive la mitad de la población navarra y donde más creció la pobreza: de 681 hogares necesitados en 1999 se pasó a 885 en el 2000; en el resto de la región la cifra se redujo de 943 a 888.

Los expertos destacan que 500 hogares necesitados están formados por unidades familiares monoparentales, a los que les siguen las minorías étnicas (430) y los inmigrantes (351). Una característica peculiar del sistema navarro es que los beneficiarios de estas ayudas deben asumir un compromiso por escrito para remediar, en la medida de lo posible, los motivos que le han conducido a esa situación de exclusión.

Actualmente pueden optar a la renta básica las personas de entre 25 y 65 años que acrediten una residencia mínima de dos años en Navarra y cuyos recursos en el último trimestre sean inferiores a cantidades que se sitúan entre un 75% del salario mínimo para una persona (54.090 pesetas mensuales) y el 125% (90.150 pesetas) para una unidad de seis o más personas.

El programa está dando buenos resultados con los inmigrantes, a quienes se les concede la ayuda por un máximo de tres meses, y las minorías étnicas, sobre todo gitanos. El INBS quiere poner en marcha en mayo sendos programas piloto en Pamplona y Estella para ayudar a los perceptores a integrarse sociolaboralmente.