'La culpa no puede morir soltera'
António Guterres perdió ayer a otro de sus hombres de máxima confianza en el Gobierno y en el partido, tras la salida de su número dos en la anterior legislatura, el actual comisario europeo António Vitorino, por el supuesto impago de un impuesto inmobiliario. El trágico y polémico accidente ocurrido en la noche del domingo provocó la dimisión del ministro de Equipamiento Social (Obras Públicas), Jorge Coelho.
En un gesto inusual en España y más próximo a la tradicional influencia británica sobre Portugal, Coelho anunció su dimisión irrevocable a las 3.40 horas de la madrugada de ayer, apenas seis horas después del accidente, con estas palabras: 'En esta materia, el concepto que tengo del poder político hace que siga lo que siempre he defendido en el ministerio: la culpa no puede morir soltera. Como es obvio, el concepto que tengo de esas funciones hace que asuma por completo la responsabilidad política de este accidente. He dimitido de forma irrevocable y no he puesto mi cargo a disposición, que es algo muy diferente. Llevo demasiados años en política como para jugar con aquello que no se puede jugar. Es una decisión seria e irreversible. Yo no juego con cosas serias, con el ejercicio del poder político ni con aquello que desde mi punto de vista debe ser el sentido de la responsabilidad y la ética políticas'.
Brazo derecho de Guterres y enlace clave entre Gobierno y partido, Coelho fue uno de los principales estrategas de la llegada al poder de los socialistas en 1995. Pasó de ministro de Interior a responsable de Obras Públicas y ministro de Estado, siempre como uno de los posibles sucesores de Guterres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.