Un muerto al estallar una bomba en un taxi colectivo en el centro de Israel

El taxi colectivo, que se dirigía desde Afula a Hadera, hizo explosión ayer al mediodía en el cruce de Mei Ami, en la carretera 65, a su paso por el término municipal de Um el Fahem, en la región de Galilea, al norte de Israel. El estallido se produjo mientras un policía de tráfico se acercaba al vehículo para pedirle los papeles al conductor, después de que al parecer éste arrollara a un agente de seguridad en un control anterior y tratara de emprender la huida.

El estallido destrozó las piernas del viajero que transportaba el paquete bomba y provocó la muerte instantánea de uno de los acompañantes, quien, junto con otros dos varones, ocupaban la parte posterior del taxi colectivo. El artefacto explosivo también causó heridas al resto de los pasajeros, en su mayoría árabes israelíes, menos una mujer judía, que, al oír la deflagración, aseguró haber salvado la vida saltando por la ventana.

Mientras la policía trataba de aclarar y verificar las diferentes versiones aportadas por los testigos sobre el hecho, las fuerzas de seguridad procedieron a interrogar al viajero con las piernas destrozadas, quien acabó confesando ser el propietario del paquete bomba y reconoció que en los últimos días había colocado diversos artefactos similares en pleno centro de Tel Aviv, uno de los cuales fue descubierto el miércoles en el interior de un popular y céntrico restaurante de la capital y desactivado a tiempo por artificieros del Ejército.

Operación rastreo

Las fuerzas de seguridad israelíes iniciaron de inmediato una minuciosa operación de rastreo en Tel Aviv, intentado localizar más artefactos explosivos. El trabajo policial provocó un caos circulatorio en la ciudad, justo en vísperas de la fiesta semanal del sabat. Otras medidas similares fueron adoptadas en otras ciudades de Israel, especialmente las situadas cerca de las áreas palestinas autónomas, al tiempo que se restringía la salida de los palestinos de las zonas controladas por la Administración de Yasir Arafat.

Ayer por la tarde, la policía no había conseguido, sin embargo, descifrar el enigma de la explosión, ni establecer con claridad cómo se había producido. Mientras algunos especialistas afirmaban que el paquete bomba había sido accionado voluntariamente por el terrorista al verse acosado, otros aseguraban que podría haberse activado a través de un teléfono móvil. Una tercera versión añadía aún más incertidumbre al sostener que el estallido del artefacto se produjo después de que una camioneta embistiera al taxi cuando se vio obligado a detenerse.

Un misterioso grupo, autodenominado Brigadas del Retorno, se responsabilizó de la explosión en una llamada a una cadena de televisión de Qatar y aseguró haber actuado en apoyo de la Intifada y en venganza por los bombardeos israelíes de Hebrón y Beit Yala, en Belén. La misma formación firmó semanas atrás otras operaciones similares en el interior de Israel. A pesar de esta reclamación, el viceministro de Defensa, Efraim Sneh, acusó ayer a las organizaciones integristas Yihad Islámica y Hamás de ser autores materiales del atentado y responsabilizó también a Arafat de los hechos.

El atentado se produjo mientras se ultiman los detalles para la formación del nuevo Gobierno de unidad nacional y en la sede del Partido Laborista en Tel Aviv se cerraban las candidaturas para los ocho ministerios que van a corresponderles en el futuro Gabinete. Los nombres decididos se someterán hoy a la votación de los 1.700 miembros del Comité Central de esa formación. Simón Peres será el nuevo ministro de Exteriores del Ejecutivo presidido por Ariel Sharon, ya que es el único aspirante al puesto.