Clinton pierde el apoyo de los demócratas por el indulto al millonario Marc Rich
Un segundo hermano de Hillary Rodhan intercedió con éxito en favor de algunos perdonados
John Podesta, ex jefe del Gabinete presidencial, dijo respecto al indulto de Rich: "No debería haber sido perdonado".
Bajo juramento, Podesta declaró que "el 15 o 16 de enero" el rey de España hizo llegar a la Casa Blanca su "interés" por la situación de Rich, a través de una llamada efectuada en su nombre por su amigo John Brademas, ex congresista y presidente de la Universidad de Nueva York. Brademas le contó a Podesta que Shlomo Ben Ami, ministro de Exteriores de Israel, se había entrevistado con don Juan Carlos para informarle del proceso de paz en Oriente Próximo y, de paso, había pedido al monarca que telefoneara a Clinton para interesarse por el perdón a Rich.
Podesta, que facilitó voluntariamente esta información en una declaración escrita, no precisó si Clinton y don Juan Carlos hablaron directamente sobre el asunto. La Zarzuela ya desmintió que el rey hiciera campaña a favor de este indulto. En un correo electrónico en poder del comité investigador, Avner Azulai, representante en Tel Aviv de Rich, informó el 13 de enero al interesado y a su abogado estadounidense Jack Quinn: "Hemos tenido confirmación de que el rey de España habló con POTUS (siglas en inglés de Presidente de Estados Unidos). La conversación fue positiva. No hay concreciones".
Otra gota volvió ayer a desbordar el vaso: el descubrimiento de que un segundo hermano de Hilary Clinton, Tony Rodham, también intercedió con éxito a favor de unos condenados. Tony Rodham reconoció a The New York Times que le pidió a su cuñado el indulto de Edgar Allen Gregory y su esposa, Vonna Jo, un matrimonio de Nashville (Tennessee) condenado en los ochenta por fraude bancario. Clinton concedió este perdón en marzo del pasado año, en una operación distinta del controvertido paquete de medidas de gracia que firmó el 20 de enero.
Tony Rodham aseguró que no cobró un centavo por esta medicación, desmarcándose así de su hermano Hugh, que se embolsó más de 400.000 dólares por conseguir que Clinton indultara, el 20 de enero, al traficante Carlos Vignali y al timador de productos farmacéuticos Almon Glenn Braswell.
Pero Tony Rodham pudo recibir otro tipo de pago. Es asesor de empresas y los Gregory figuran entre sus principales clientes. Los Gregory también aportaron fondos a la campaña electoral de Hillary Clinton en Nueva York. Este asunto tiene también otro punto en común con el caso Rich y los perdones otorgados a Vignali y Braswell. Clinton se saltó la opinión de su Departamento de Justicia, que se oponía a conceder clemen-cia a los estafadores de Tennessee.
Las dos investigaciones parlamentarias -en la Cámara de Representantes y en el Senado- y la investigación criminal abierta por la fiscalía de Nueva York están sacando a la luz que el dinero y el acceso al presidente fueron la clave de los indultos más polémicos. El comité de Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes reabrió ayer sus audiencias dando por hecho que Denise Rich, ex esposa de este empresario refugiado en Suiza y nacionalizado español, entregó más de un millón de dólares al Partido Demócrata, parte de los cuales fueron para la campaña de Hillary, y 450.000 a la biblioteca de Clinton en Little Rock.
Con la autorización de Clinton, tres ex altos cargos de la Casa Blanca se sentaron ayer en el banquillo de los testigos del comité de la Cámara de Representantes. Fueron Podesta, ex jefe del Gabinete presidencial, y Beth Nolan y Bruce Lindsey, ex letrados. Podesta afirmó que Clinton fue informado de que el indulto a Rich sería "controvertido".
Nolan y Lindsey informaron al comité de que coincidieron con Podesta en su oposición a la medida de gracia. Clinton, no obstante, decidió utilizar el privilegio presidencial contenido en la Constitución. Ese privilegio, que convierte en irreversibles los perdones, está siendo puesto en cuestión. El demócrata Waxman recordó ayer que la Constitución concede ese privilegio al titular de la Casa Blanca con dos condiciones implícitas: que "no se otorguen indultos a cambios de beneficios personales" y que "no se traicione la confianza del pueblo". Waxman añadió que todavía no ha sido probado que Clinton violara la primera condición, pero "es obvio que sí violó la segunda".
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