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Europa dispone de 800.000 empleos sin cubrir en nuevas tecnologías

La Comisión Europea presentó ayer en Bruselas una nueva estrategia para que se supriman las barreras que impiden la movilidad de los trabajadores por el territorio de la Unión Europea (UE) y crear un verdadero mercado laboral paneuropeo para antes de finales de 2005. A la vez, se pretende elevar los niveles de cualificación de la mano de obra en sectores como el de las nuevas tecnologías, donde hoy no se cubren 800.000 empleos por falta de mano de obra especializada.

Según datos que maneja la Comisión Europea, la escasez de mano de obra en el sector tecnológico se incrementará hasta 1,5 millones de empleos en pocos años. 'Es una contradicción gravísima decir al mismo tiempo que en la UE hay 13,9 millones de parados', afirmó ayer la comisaria de Empleo, Anna Diamantopoulou.

El Consejo Europeo de Estocolmo, previsto para el 23 y 24 de marzo, tendrá que refrendar la iniciativa del Ejecutivo comunitario para eliminar las barreras que impiden la movilidad de los trabajadores. Las posibilidades de empleo surgidas con la llegada de las nuevas tecnologías, el proceso de globalización, los cambios demográficos y la gestión de los recursos humanos por parte de las multinacionales obligan a la UE a adaptar sus regímenes sociales y laborales a la nueva realidad económica.

Paro del 8,8%

La tasa de desempleo en la zona euro se situó en el 8,8% el pasado mes de enero. Esta tasa es una décima mayor que la de diciembre, pero muy inferior al 9,5% de un año antes. España sigue siendo el país de la UE con más paro, un 13,7% en enero de 2001, según informó ayer Eurostat.

Pese a esta tasa de paro, la movilidad laboral sigue siendo muy reducida. Cada año, 600.000 personas traspasan las fronteras de su país para trabajar en otro Estado miembro. Apenas el 0,4% de los asalariados se atreven a dar ese paso, frente al 2,6% en EE UU, porque hay obstáculos que impiden crear un auténtico mercado laboral paneuropeo. A las dificultades lingüísticas y culturales se suman un importante número de barreras sociales y de trabas administrativas, como problemas con la transferencia de los derechos de pensiones y el reconocimiento de títulos.

Diamantopoulou explicó que no se trata de 'cambiar los sistemas de pensiones para armonizarlos en toda la UE porque es imposible', sino de establecer 'vínculos' entre ellos para que los derechos de los trabajadores se acumulen si cambian de país. 'Si los Quince son consecuentes con los compromisos políticos asumidos, seremos capaces de llegar a esta meta antes de finales de 2005', declaró.

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