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Los inmigrantes encerrados en Barcelona ponen fin a su protesta

Miquel Noguer

Los cerca de 700 inmigrantes encerrados en iglesias de Barcelona desde hace 40 días acordaron ayer poner fin a la protesta porque consideran que el Gobierno central les ha dado suficientes garantías de que regularizará su situación en España. Los encerrados no concretaron qué día saldrán de las iglesias porque están a la espera de ratificar la decisión en una asamblea y aún no han entregado todas las solicitudes de permiso de residencia en la oficina de Extranjería.

Los acuerdos firmados con la Delegación del Gobierno establecen que la Administración revisará con criterios de 'máxima amplitud' las solicitudes de permiso de residencia rechazadas durante el último proceso extraordinario de regularización. También está dispuesta a regularizar a aquellos inmigrantes llegados antes del pasado 24 de enero que acrediten tener una oferta de trabajo. Los inmigrantes que no puedan acogerse a estas condiciones podrán pedir un permiso temporal de residencia por motivos humanitarios o si acreditan una situación de arraigo. La inconcreción de estos últimos términos, ambos incluidos en la nueva Ley de Extranjería, hace pensar a los encerrados que la mayoría de ellos podrán regularizarse, aunque no dispongan aún de una oferta de trabajo.

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Pero aún quedan algunas asperezas por limar. Los inmigrantes anunciaron que piensan abandonar el encierro cuando el Gobierno acepte incluir un anexo al acuerdo alcanzado el pasado 8 de febrero. Este anexo compromete por escrito a la Administración a aplicar los procedimientos de excepcionalidad previstos en la Ley de Extranjería, como la concesión de permisos por motivos humanitarios o de arraigo.

Comisión de seguimiento

Un portavoz de la Delegación del Gobierno reiteró que la Administración no tiene intención de firmar este nuevo documento, aunque sí va a tomarlo en consideración cuando se reúna la comisión de seguimiento de los pactos alcanzados con los inmigrantes. En esta comisión, que comenzará a trabajar cuando los inmigrantes dejen las iglesias, estarán representados los sindicatos mayoritarios, Cáritas y representantes de los sin papeles.

La gran preocupación de los inmigrantes es ahora saber dónde vivirán cuando salgan de las iglesias. Algunos ya se han movilizado para encontrar amigos o familiares que los alojen en sus viviendas, pero muchos de los encerrados no tienen a dónde ir, por lo que ayer volvieron a solicitar que las instituciones les ayuden a buscar una vivienda temporal.

Tras hacerse público el fin de los encierros, la Delegación del Gobierno en Cataluña manifestó su 'satisfacción' a través de un comunicado en el que calificaba el fin de la protesta de 'solución razonable'. La Delegación también recordó que las negociaciones con los inmigrantes encerrados se han llevado a cabo desde el planteamiento de que España tiene 'el derecho legítimo' de 'organizar' sus flujos de inmigración.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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