"El objetivo del pacto es conseguir ya más derechos para los inmigrantes"
El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no oculta su satisfacción por haber logrado que el Gobierno cambie de opinión y acepte comenzar un periodo de diálogo para intentar un pacto global sobre política de inmigración. Las conversaciones comenzarán hoy. Para afrontarlas, Zapatero pide que se abandonen 'posiciones numantinas' con un doble mensaje dirigido, por un lado, al Ejecutivo y, por otro, al sector de su partido, a las organizaciones sindicales y a los bloques progresistas de la sociedad que reclaman un recurso de inconstitucionalidad a la actual Ley de Extranjería por su negativa a reconocer derechos de reunión, huelga y manifestación a los inmigrantes.
De nada sirven las leyes que no se cumplen o no se pueden aplicar y la presentación de un recurso, dice Zapatero, sería 'el camino más fácil para la izquierda', pero no resuelve los problemas ni ayuda a los inmigrantes que necesitan apoyo 'ahora, ya'. La izquierda no puede conformarse 'con esperar al paraíso que está por venir'. Ahora bien, respecto a la presentación del recurso, apostilla que 'en política no puede descartarse nada'. Pero insiste hasta la saciedad en que quiere el acuerdo. 'Si hay radicalismo y prejuicios de la derecha y de la izquierda pueden aparecer actitudes de xenofobia indeseables y, desde luego, pierde el país, la izquierda y los inmigrantes'.
Pregunta. De momento ha conseguido algo que nadie esperaba: que el Gobierno acepte dialogar sobre inmigración.
Respuesta. Pedí el pacto de Estado antes, durante y después de la tramitación de la ley. Pero si hay ese gran pacto, el éxito no será de mi partido, ni del Gobierno, sino de la sociedad, de los inmigrantes y de la inmensa mayoría de los ciudadanos que quieren ese acuerdo, y nosotros lo propugnamos porque es a los políticos a quienes corresponde esa función representativa que yo reivindico.
P. Usted dice que el pacto lo quiere la gran mayoría de la sociedad. Desde su escaño en el Congreso escuchó el miércoles al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien defendió el divorcio entre la opinión pública y la opinión publicada.
R. El problema puede ser grave si los partidos y los líderes políticos no anticipan el futuro y no perseveran en la defensa de valores y virtudes de convivencia; si no anticipan y trabajan por la organización de la pluralidad. Nos corresponde a los políticos anticipar los problemas, y en la inmigración se hace imprescindible un gran pacto y un gran debate nacional que afecta a valores básicos en una concepción moderna de la democracia. En España, el fenómeno de la inmigración ha venido grande, por lo que estamos ante una situación que requiere un cambio de gran calado y, claro está, esto no tiene nada que ver con una respuesta coyuntural.
P. ¿Llama usted respuesta coyuntural a la ley que ha aprobado el Gobierno o a la convicción de algunos de sus compañeros de distintas regiones favorables a recurrir esa norma ante el Tribunal Constitucional?
R. Es muy negativo tener planes que no se cumplen y leyes que no se pueden aplicar, como ya se está viendo. En materia de extranjería, la mayoría de los países europeos ha vivido cambios legislativos permanentes, por lo que no deben mantenerse actitudes numantinas frente a posibles cambios en las leyes. El Gobierno acaba de cambiar una que fue aprobada sólo meses antes.
P. Parece que se refiere usted al Gobierno, pero el mensaje inicial es que la ley no se cambia.
R. Yo reivindico el valor de la deliberación y nadie debe acudir al diálogo con posiciones inamovibles. Confío en el diálogo. Sería un error de todo el país, y desde luego muy malo para la izquierda, que no haya pacto, porque todos perdemos, pero sobre todo pierden los inmigrantes. Si hay radicalismos, prejuicios de la derecha y de nuestra parte, la izquierda, es previsible que aparezcan actitudes de xenofobia que en nuestro país creo que están contenidas. Hay que evitar una polarización en esta materia. Desde luego, la izquierda no debe conformarse con esperar al paraíso que está por llegar.
P. Está por ver si convence usted al Gobierno, porque de momento parece que no quiere cambiar la ley, y desde luego poco avanzará si tiene sobre la mesa la amenaza de un recurso de inconstitucionalidad.
R. Mi partido quiere el pacto, no me canso de repetirlo, y para mí también es muy importante la sensibilidad que hay en sectores sociales, sindicales, jurídicos, de ONG... en torno a la posible inconstitucionalidad de algunos artículos. Mi opinión es que podemos convertir el acuerdo en el cauce natural para dirimir esa cuestión constitucional.
P. Quiere decir que en el propio acuerdo podría incluirse una interpretación de la ley que suavizara o soslayara esos artículos que muchos sectores consideran inconstitucionales.
R. A un proceso de diálogo hay que acudir sin prejuicios, y como creo que ha faltado debate sobre el fondo de la inmigración, creo que durante la negociación se puede hablar de todo.
P. Primero tendrá usted que convencer a sus compañeros, que defienden el recurso, para que dejen ese instrumento en segundo lugar hasta ver cómo se desarrolla la negociación.
R. El objetivo es conseguir el mayor margen de derechos, pero ahora, ya, de inmediato, porque los inmigrantes lo necesitan. El horizonte de un recurso ante el Constitucional nos sitúa dentro de varios años; yo quiero que no haya división en torno a lo fundamental, que es el contenido, que son los derechos de los inmigrantes y que, repito, quiero defender.
P. Pero las dificultades las tiene usted en dos ámbitos: en el propio y en el del Gobierno, que no quiere hablar de recurso.
R. El Gobierno sabe que se va a hablar del recurso porque se habla en muchos sectores de la sociedad. Pero el Gobierno y la sociedad tienen que saber que el PSOE no quiere utilizar la inmigración como un arma de enfrentamiento político y vamos a luchar con toda la capacidad que nos sea posible para buscar un punto de encuentro. Nosotros queremos un acuerdo para la integración de los inmigrantes en el régimen de derechos; queremos implicar a los agentes sociales para que el ámbito laboral no sea fuente de explotación social; queremos abordar desde la escuela la integración de otras razas, cultura y lengua, que desde la infancia se interiorice el respeto al otro. Este profundo cambio creo que es evidente que necesita ese pacto.
P. Es evidente que lo que usted propone trasciende la ley. Pero ésta existe y sectores de la izquierda quieren recurrirla. Si no hay acuerdo, ¿descarta que desde su propio partido se presente?
R. El camino del recurso es el más fácil, y yo creo que las grandes conquistas exigen escenarios difíciles. ¿Descartar? Nada es descartable en la vida política.
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