_
_
_
_
_
INMIGRACIÓN CLANDESTINA EN EUROPA

Francia acusa a las mafias iraquíes y turcas del abandono de los kurdos en la Costa Azul

Otra prueba de la confusión reinante sobre lo ocurrido y la escasa capacidad de cooperación entre los distintos Estados la da el que, según las autoridades marítimas griegas, el East Sea saliera a finales de octubre, con otro nombre, con destino a Chipre y transportando un cargamento de cigarrillos. Las autoridades turcas dicen, en cambio, no saber nada de una eventual escala del navío, aunque su ministro de Justicia, Hikmet Sami Turk, admitió: 'Estos criminales tienen cómplices en cada una de las fases de la emigración clandestina. Para ellos, cada inmigrante ilegal representa una ganancia equivalente entre 125.000 y 625.000 pesetas'. En la actualidad, el tráfico de hombres mueve un volumen de dinero que ya es un tercio del que genera el tráfico de drogas. Turquía parece ser el principal punto distribuidor de inmigración hacia Europa, pues allí se aglutinan gentes procedentes de Afganistán, Pakistán, Irán, Siria o algunas de las antiguas repúblicas soviéticas. La policía turca ha denunciado un aumento del 100% cada año del número de ilegales detenidos entre 1998 y 2000.

Más información
'Creí que íbamos a morir todos en el barco'
Italia ha pedido la ayuda de la Europol para vigilar sus costas
Éxodo kurdo en la Costa Azul
Los inmigrantes kurdos rescatados en la Costa Azul francesa pasan su primera noche
Memorias del 'Exodus'

El Tribunal de Draguignan anunció ayer que abrirá un procedimiento judicial por 'ayuda a residencia irregular'. Con esta medida, que se pondrá en práctica a partir de hoy, se intentará determinar por dónde pasó el East Sea en su travesía de siete días por el Mediterráneo y dónde está la tripulación. Si los inmigrantes transitaron por un país del espacio de Schengen podrían ser expulsados a esa nación. Según las investigaciones policiales, el capitán y el resto de la tripulación -'entre tres y cinco marinos'- abandonaron el carguero en una barca hinchable, y no en una de salvamento como se había dicho previamente. El director central adjunto de la Policía de Fronteras, Daniel Chaze, adelantó que el capitán y el armador han sido identificados; ambos son iraquíes.

Es intolerable (dijo el presidente de la República Francesa, Jacques Chirac) 'que mientras algunos países europeos controlan de manera estricta nuestras fronteras' -la referencia a los británicos era transparente-, 'la comunidad internacional no llegue a movilizarse para prevenir situaciones de este tipo y sancionar a los responsables'. Patrick Davedjian, diputado gaullista de origen armenio, opinó al respecto: 'Sería injusto que no nos ocupásemos de resolver la miseria de esta gente, sobre todo cuando estamos dispuestos a sostener que siete millones de palestinos tienen derecho a un Estado. ¡Los kurdos son 26 millones y están repartidos entre cuatro Estados, y no de los más democráticos!'

200.000 clandestinos

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En Francia hay en la actualidad un mínimo de 200.000 personas en situación irregular. Los clandestinos del East Sea pueden ser o bien acogidos como refugiados políticos o bien merecer un asilo territorial -un permiso de residencia temporal-, o, por último, pueden ver cómo sus demandas son rechazadas. En tal caso se les comunicará que no tienen derecho a permanecer en el país, pero el 80% de personas que reciben ese tipo de dictamen opta por seguir en Francia, ya sea para conseguir una regularización posterior de su situación, ya sea para utilizar Francia como trampolín hacia el Reino Unido o alguno de los países nórdicos reputados como más tolerantes para con los inmigrantes.

Si toda esa mecánica administrativa comporta condiciones y puede desembocar en una situación irregular ante la que se cierran los ojos, en el caso del East Sea hay que añadirle el problema de la escasez de jueces y traductores del kurdo en el departamento del Var, cuestión que plantea cómo interrogar a más de 400 adultos en un plazo que no debiera superar los cuatro días.

Una mujer y su hijo, ayer, en el campamento de acogida de Fréjus.
Una mujer y su hijo, ayer, en el campamento de acogida de Fréjus.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_