Cocina integral jiennense
Cinco empresas forman un consorcio de exportación de muebles Cocina integral jiennense
A diario salen 200 muebles de cocina de la fábrica Coysa de Mancha Real (Jaén). Juan de Dios Cobo, que lleva desde los 14 años trabajando con madera, nunca pensó tener una producción semejante cuando en 1980 empezó con un socio una aventura empresarial que le ha llevado ya a vender mobiliario por Andalucía, el territorio nacional y a emprender la aventura de la exportación.
Hace ya 21 años, los dos jóvenes, cansados de trabajar en el empresa de otro, decidieron independizarse, sin medios 'y con 50.000 pesetas', recuerda Cobo. Su primer taller fue una cochera en la que, con una pequeña máquina del tamaño de una mesa de ordenador, tardaban tres días en terminar una cocina pedida por cualquier cliente. Una realidad muy alejada de los 3.000 metros cuadrados de la nave que la empresa posee en la actualidad.
'Hemos crecido sin ayuda de nadie, de ninguna Administración', relata Cobo Gutiérrez. Sólo en 1998 llegó una ayuda del Instituto de Fomento de Andalucía (IFA) con la que ampliaron las instalaciones. La mayor dificultad que recuerda de los primeros años de trabajo son las discusiones con los bancos. 'No teníamos medios y todo fue a base de sacrificios. Los bancos te ayudan cuando tienes dinero, pero cuando lo necesitas no te dan. Por eso fue todo a costa de sacrificios', recuerda. Hasta el punto de que en algún momento hubiese deseado volver a ser un asalariado 'para', según reconoce, 'tener un sueldo a final de mes y dejar de ir a comer a casa de mi madre o de mi suegra porque no había de dónde tirar'.
Ya superada esa fase ahora se han embarcado en la exportación. Coysa vende en España, Marruecos, Portugal y Francia. En el país marroquí, explicó, se demanda un mueble de calidad media-baja, en Portugal ya hay un nivel superior y en Francia se reclaman módulos medios-altos.
Para continuar con la iniciativa exportadora Coysa forma parte de un grupo de cinco empresas, Famestil, que se unen para abaratar costes al sacar los productos al exterior. Coysa ofrece los muebles de cocina, el resto dormitorios, tapicerías y mueble auxiliar. 'Así no se carga un camión con un solo producto y son más fáciles las relaciones comerciales', explica.
Juan de Dios Cobo cree que parte de lo que él califica de 'éxito en esta joven empresa' se centra en elaborar diseño propio de sus muebles. 'Hemos procurado salirnos de todo el guerreo con la competencia y seguir nuestro camino con el modelaje', explica Cobo Gutiérrez. Sin olvidar, dice, el componente de la calidad que cada día se demanda más entre los clientes.
'El consumidor está cambiando. Cada vez es más exigente y a mí la gente que sabe lo que quiere me gusta cada vez más. Prefiero tratar con clientes que saben lo que quieren, que preguntan por acabados, por calidades, que sabe qué es lo que está comprando', indica el gerente de Coysa. 'Es bueno porque nos hace esforzarnos y también diferenciarnos de los que no ofrecen calidad en sus productos', añade.
Para el industrial, resalta Juan de Dios Cobo, tiene que ser fundamental estar al día en las innovaciones tecnológicas. Es lo que dará mayor rendimiento a los negocios, a pesar de que requiera fuertes inversiones, según su opinión. 'Es impensable, por ejemplo, que no tuviésemos los programas de ordenador que distribuyen los muebles al milímetro por el espacio que tiene disponible el cliente', comenta.
El esfuerzo por la calidad y la innovación tecnológica sólo tiene el inconveniente, según Cobo, de que deja los márgenes comerciales más reducidos: 'Aunque es verdad que hoy día no hay negocio que tenga mucho margen, tenemos que ir a apurar al máximo para poder ofrecer productos competitivos'.
Juan de Dios Cobo cree que ha llegado el momento de que muchos pequeños y medianos empresarios cambien su concepción de los negocios que tienen entre manos: 'No puede ser que el empresario sea el que abra la puerta a las ocho de la mañana y cierre a las diez de la noche. Nadie puede ser imprescindible en la empresa, ni el propietario, que lo que debe empezar a hacer es dedicar tiempo cada día a pensar en la expansión, en las ventas, en cómo hacerse más competitivo'. Una forma de pensar, dice, que todavía no ha terminado de cuajar entre el sector de la madera de Jaén, que está surgiendo, es joven y todavía lucha por conseguir un hueco.
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