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El grupo Guissona aplica un sistema para identificar el origen de la carne que vende

La alarma social creada por el mal de las vacas locas ha provocado un descenso del 70% en las ventas de carne de bovino. Ante este contratiempo, las cárnicas se han visto obligadas a realizar un gran esfuerzo de divulgación para recuperar la confianza del consumidor. El grupo CAG Guissona, formado por Agropecuaria de Guissona, Corporación Alimentaria Guissona y Àrea de Guissona, ha presentado un nuevo sistema de información que ofrece a sus 400.000 clientes la garantía absoluta de la calidad de la carne que comercializa en las 160 tiendas de franquicia que posee en Cataluña, Aragón, Castellón y Madrid.

Antoni Condal, portavoz de la CAG, la primera empresa de Lleida y la cuarta del sector agroalimentario español, explicó ayer durante una jornada de puertas abiertas a la prensa que la firma puede demostrar que en sus tiendas no han vendido nunca carne de vaca y que en su matadero sólo se sacrifican terneros de menos de 12 meses que no han sido alimentados con harinas de carne.

Condal señaló que, desde el pasado 1 de febrero, la corporación ha puesto al servicio del consumidor un sistema informático llamado trazabilidad, que permite comprobar el itinerario de los terneros desde que nacen hasta que la bandeja de carne llega a la cadena alimentaria. 'Nuestros clientes nos exigen seguridad y garantía sobre la carne y nosotros somos los primeros interesados en darles confianza a través de una información precisa', añadió.

A través de este método, cualquier cliente puede acceder en el momento de realizar la compra a una información tan esencial como el nombre y la dirección del granjero que ha criado el ternero, el número de explotación, el número de animales y raza del lote llegado al matadero, la fecha del sacrificio y la edad exacta de las canales. Todos estos datos pueden obtenerse llamando al teléfono de la empresa y facilitando el nombre del artículo y el número que figura encima del código de barras de cada etiqueta.

Condal señaló que, a raíz de la crisis de las vacas locas, la venta de carne de ternera ha caído el 60% en los establecimientos de Guissona, cifra que en el resto de España oscila entre el 70% y el 75%. La empresa ha compensado las pérdidas con un incremento de las ventas de otros tipos de carne, especialmente de cerdo, pollo y pavo. Durante el año 2000, la CAG engordó 30.000 terneros en las granjas de sus socios.

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