La CAM y Bancaixa se incorporan como socios financieros de la inmobiliaria Bami
La CAM y Bancaixa pelean por convertirse en el segundo accionista de Bami, sociedad controlada por Joaquín Rivero. La CAM habría suscrito entre el 6% y el 9% de la OPS, que se cerró anteayer, 8 de febrero. Esta ampliación de capital -50 millones de títulos nuevos- triplica el número de acciones de la compañía y le reporta unos ingresos cercanos a los 26.000 millones de pesetas, con los que Bami financiará la reciente compra del 94% de su competidora Zabálburu. Junto a las dos cajas valencianas se han incorporado también con participaciones menores la Caja de Castilla-La Mancha, Caja Granada y Caja Sur.
La inversión de Bancaixa en Bami rondaría los 1.600 millones de pesetas, mientras la CAM habría destinado entre 1.600 y 2.320 millones de pesetas a esta operación. Fuentes financieras aseguraron ayer que Bancaixa acudió al mercado de valores para igualar su participación a la de la CAM.
La CAM entró en la operación para convertirse en el segundo accionista de la sociedad después de la familia Rivero, que completada la OPS rebaja su participación del 38% al 15%. Otras fuentes de las cajas subrayaron que la participación de las dos entidades será igual. Los porcentajes no se harán públicos hasta dentro de unos días, según Bami.
Ninguna de las dos entidades ha facilitado datos concretos de la operación, que tampoco niegan. Un portavoz de Bami confirmó, sin embargo, que la sociedad buscaba con la Oferta Pública de Suscripción accionistas estables para continuar con su proceso de expansión nacional e internacional. Bami, una inmobiliaria de mediano tamaño, está especializada en la construcción de viviendas y complejos residenciales.
Bami cerró el ejercicio del año 2000 con una cifra de negocio de 7.557 millones de pesetas, con un crecimiento cercano al 10% sobre el año anterior. La mayoría de los ingresos, 7.126 millones de pesetas, procedían de la venta de promociones. El resto de la facturación proviene del negocio del alquiler de inmuebles. Los planes de la compañía son multiplicar por nueve su facturación actual una vez digiera la absorción de Zabálburu. Las previsiones una vez culmine el proceso de integración son llegar a una facturación cercana a los 28.000 millones de pesetas y a unos beneficios de 3.700 millones, apoyándose sobre todo en el negocio del alquiler de los edificios.
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