Los restos de la vaca abatida a tiros en Alzira son tratados como material de riesgo
El novillo, sin dueño conocido, llevó locas el pasado lunes a las patrullas de la Guardia Civil, de la Policía Local y de la Policía Nacional. Tras varias horas de persecución, el animal fue abatido al tomarse un descanso en un campo de naranjos en Alzira.
La decisión de sacrificarla la tomó el alcalde de la capital de La Ribera Alta, Pedro Grande, al no encontrar al propietario ni a ningún ganadero de la zona que quisiera hacerse cargo de la res. 'Con la psicosis existente (por el mal de las vacas locas) ningún ganadero quiso incorporarla a su cuadra', explicó. Grande justificó la decisión de matar al animal, que estaba suelto desde el pasado domingo, 'para evitar cualquier tipo de riesgo a los agricultores'.
La vaca permaneció muerta en la parcela de cítricos desde las nueve de la noche del lunes hasta pasadas las cuatro de la tarde de ayer en que fue trasladada en un camión desde Alzira hasta la incineradora de Almassora en Castellón, la única planta operativa que trata materiales de riesgo (MER). Previamente, según fuentes policiales, un veterinario se ocupó de reunir las vísceras para analizar si esta res padecía el mal de las vacas locas.
Por otra parte, el vertedero de L'Alcora, en el que se están arrojando las harinas cárnicas cuyo uso está prohibido desde el pasado 1 de enero, no dispone de licencia de actividad para materia orgánica. Según denunció ayer el concejal de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de l'Alcora, Julián Lozano, este vertedero dispone de una licencia de actividad, otorgada en 1997, que únicamente lo autoriza para recibir materia inorgánica e inerte. Para Lozano, el hecho de que la dirección general de Calidad Ambiental le haya otorgado la autorización para recibir este tipo de vertidos debería haberse complementado con una adaptación de la licencia que, sin embargo, no se ha llevado a cabo.
La diputada del grupo parlamentario de EU en las Cortes Dolors Pérez ha presentado una batería de preguntas sobre este tema. Pérez, entre otras cosas, pregunta si la Consejería de Medio Ambiente piensa responsabilizarse de las futuras repercusiones que producirán las materias orgánicas en todos los vertederos.
La Consejería de Medio Ambiente salió al paso de estas críticas y aseguró, en un comunicado, que la planta de l'Alcora, al igual que los de Aspe y Alpuente, reúne 'todos los requisitos y condicionantes técnicos' establecidos por la ley para recibir y tratar harinas cárnicas.
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