El primer trasplantado de mano se la hace amputar en Londres
El paciente alega 'rechazo mental' hacia un miembro que le hacía sentirse monstruoso
Tras rogar durante meses a los cirujanos que le libraran de una parte del cuerpo que le hacía sentirse monstruoso y por la que no sentía ya apego alguno, Hallam logró convencer a un cirujano británico.
Hallam, de 49 años, perdió en 1985 su mano derecha en un accidente con una sierra mecánica cuando cumplía una sentencia por fraude en una cárcel de Nueva Zelanda. Después de mucho buscar un donante con el mismo grupo sanguíneo y tejidos compatibles, un grupo internacional de cirujanos le propuso trasplantarle la de un varón anónimo muerto al caer de su moto. La intervención, de 13 horas, tuvo lugar hace tres años en el hospital Edouard Herriot, de Lyon, y los especialistas subrayaron que pasarían varios meses antes de saber si el organismo rechazaba la mano. No era lo mismo, dijeron, coser de nuevo los propios dedos seccionados de una persona que trasplantar tejidos extraños al cuerpo. Entre los médicos presentes en Francia figuraba el británico Nadey Hakim. Éste era citado ayer como posible autor de la amputación en una operación privada en Londres.
Según Hallam, los 12 primeros meses con su nueva mano le parecieron excepcionales. Podía sujetar una taza y lavarse los dientes y volvía a sentirse un hombre completo. Con el tiempo, y tras un amago grave de rechazo que le obligó a internarse el año pasado en Perth (Australia), empezó a verla de otro modo. Tal y como explicó el pasado viernes a la BBC, se había convertido en un crecimiento ajeno a su cuerpo que le hacía sentirse un ser extraño. Más larga y ancha que su mano izquierda, la trasplantada se había llenado de costras y solía ocultarla para no ser mirado con horror. 'He llegado a un punto en que no puedo más. Mi cuerpo y mi mente están hartos de esta mano y ahora soy yo el que la rechaza', aseguró. Para los médicos que le operaron en Francia, sin embargo, la situación ha llegado a este extremo porque él no ha seguido tomando los medicamentos antirechazo. Hallam replica que sólo los dejó durante un brote de gripe.
El año pasado, Hallam había rogado al cirujano francés Jean-Michel Dubernard, responsable del trasplante junto con su colega australiano Earl Owen, que le cortara la mano. No lo logró. Dubernard adujo que el cuerpo humano es inviolable para las leyes galas y él no podía arrancarle un miembro considerado oficialmente como suyo. En el Reino Unido, Hallam ha alegado sentir un 'rechazo mental' por la mano que le convirtió en una celebridad internacional, así como en ejemplo para mutilados de guerra y accidentes y personas con miembros deformes o inexistentes por enfermedades congénitas.
El pasado agosto, médicos del Hospital Judío de Louisville (Kentucky, EE UU) trasplantaron la mano izquierda a un varón de 38 años que la había perdido 10 años antes en un accidente con fuegos artificiales.
Francia y Austria efectuarían luego sendos trasplantes de las dos manos a un joven que las perdió en un accidente con cohetes y a un policía mutilado en un atentado terrorista, respectivamente. En aquel momento, el cirujano Nadey Hakim señaló que los productos antirechazo son muy fuertes y los trasplantes de miembros no serían nunca tan populares como los de órganos vitales. A partir de entonces, los cirujanos británicos prefieren aceptar sólo a pacientes sin las dos manos para este tipo de operación.
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