Detenido en Filipinas el ex 'número dos' de Elf y pieza clave del caso tras una fuga de tres años
Parte de ese dinero pasó desde cuentas secretas en Suiza a múltiples destinatarios, muchos de ellos aún desconocidos, según las investigaciones que el juez suizo Paul Perraudin ha notificado a sus colegas de París. Sirven presidió en Ginebra la empresa Elf-Aquitaine International, filial de la empresa francesa Elf-Aquitaine, una vez jubilado de esta última. Todo parece indicar que decenas de cuentas de esa empresa fueron usadas como caja negra para vaciarlas, literalmente, a favor de personas cuyos nombres han quedado ocultos en numerosos paraísos fiscales.
La detención de Sirven debería activar muchas de las investigaciones del caso Elf, que estaban semiparalizadas, entre otras razones, por la imposibilidad de interrogar al hombre unánimemente considerado como el personaje decisivo. Además, Sirven estaba siendo juzgado, en rebeldía, en el mismo proceso que mantiene en el banquillo al ex ministro de Exteriores, Roland Dumas, su ex amante y otros tres antiguos directivos de Elf, por uno de los muchos sumarios abiertos en relación con las malversaciones de fondos registradas en dicha empresa. La detención de Sirven trastoca ese juicio y los abogados defensores de los acusados, en particular el de Dumas, anunciaron que pedirán el lunes la suspensión de la vista.
El tribunal no se ha pronunciado, pero la primera medida adoptada ha sido la de cancelar todas las acreditaciones de los periodistas que seguían el proceso, con la única excepción de algunos gráficos. Esto da idea de que se pretende presentar a Sirven ante el tribunal donde debería haber comparecido hace dos semanas. 'Ronald Dumas me ha indicado que se alegra de esta noticia, porque sin duda va a permitir que se conozca la verdad', comentó ayer su abogado, además de decir que, en buena lógica, el proceso debería suspenderse para que el procesado pueda preparar su defensa.
A Sirven se le espera no sólo en el Tribunal Correccional de París. Los que le aguardan desde hace meses, y en algún caso desde hace años, son los jueces Joly, Vicnievsky y Van Ruymbeke, instructores de las diversas partes en las que se encuentra dividido el caso Elf, que nunca han podido interrogarle. Fuentes judiciales indicaban anoche que Sirven será trasladado ante los jueces de instrucción tan pronto como llegue a París.
Al margen de las especulaciones sobre 'altas complicidades' que habrían dificultado hasta ahora la detención, lo cierto es que ésta se ha producido en un periodo de cambios políticos en Filipinas. Hace una semana se produjo una reunión entre los jueces instructores de París que habían pedido la captura de Sirven, y los policías encargados de arrestarle, de la que indudablemente salió la decisión de intentarlo de nuevo.
Tres misiones policiales francesas han viajado sucesivamente a Filipinas, la última de ellas en diciembre pasado, cuando Alfred Sirven se escapó 'por los pelos'. La instalación de la nueva presidenta, Gloria Arroyo, ha dado origen a un cambio en el Ministerio de Justicia, a cuyo titular anterior, Artemio Toqueiro, se le atribuían simpatías hacia una secta a la que pertenece la familia de la compañera filipina de Alfred Sirven. El nuevo ministro filipino de Justicia, Hernando Pérez -fiscal del caso de corrupción contra el ex presidente Estrada- explicó personalmente a la prensa la expulsión fulminante de Filipinas de un ciudadano al que Francia reclama por corrupción. 'Parece que sus actividades ilegales podrían encausar a varias personalidades políticas importantes en Francia', añadió la encargada de la Oficina de Inmigración y Expulsiones de Filipinas, Andrea Domingo.
Las cámaras de televisión estaban presentes cuando el coche que trasladaba a Alfred Sirven llegó al Ministerio de Justicia. Muy bronceado, el detenido no parecía sorprendido por la situación. 'Cuando se mezclan el dinero y la política, es difícil salir', comentó, antes de afirmar que las historias sobre sus cuentas secretas en Suiza son 'invenciones de periodistas'. Y añadió que él no es ningún criminal, ni ha cometido delito alguno.
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