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Reportaje:

Rastreadores de gangas

30 personas buscan por las calles pisos y locales en venta para un portal de Internet

F. Javier Barroso

Van con la cabeza alta y la vista pendiente de las fachadas. Se fijan en cualquier pequeño detalle y apuntan los números de teléfono. Lo mismo les sirven los carteles de las terrazas que los anuncios de las marquesinas o los papeles de los portales. Es el trabajo de 30 rastreadores que peinan las calles de la capital y de 20 localidades de la región para conseguir las mejores ofertas de venta de viviendas, garajes y comercios. Un portal de Internet (www.idealista.com) ha puesto en marcha el proyecto.

Para facilitar el trabajo, han dividido la capital y los municipios según los códigos postales. Después se trazan subsectores y se le asigna un determinado número de calles a cada rastreador. En el caso de la capital se han creado 200 subsectores. El rastreador trabaja cuatro horas al día. Empieza a las ocho de la mañana y en ese tiempo debe localizar los anuncios de inmuebles que haya en su zona. Su perfil corresponde al de jóvenes estudiantes y opositores que pueden destinar ese tiempo a conseguir unos ingresos extra. 'Al comenzar tan pronto, no les quita tiempo de su actividad diaria y pueden compaginarlos con su ocupación habitual', explica un responsable de idealista.com. Los rastreadores rellenan unas fichas en las que consta el nombre de la calle, el número de portal, si se trata de particular o promotora y si es una oficina, un local, un garaje o un piso. Por último, deben especificar si se vende, alquila o traspasa. 'Cuando el cartel está puesto en un piso alto resulta casi imposible copiar el número de teléfono', afirma un rastreador.

Un inspector controla al día siguiente la veracidad de los datos y que no se haya perdido ningún inmueble. Repasa los números de teléfono y su ubicación exacta. 'Un señor me vio un día en el barrio de Prosperidad apuntando un número de teléfono de un cartel y me amenazó con llamar a la policía. Pensaba que estaba haciendo algo ilegal', señala Beatriz Escalada, una de las inspectoras. Cuando los datos ya han sido comprobados, se pasan a un centro de atención telefónica para ofrecérselos gratis al vendedor.

Si éste accede (suele ser lo habitual), se rellena una ficha con más de 150 campos. Así se especifican todos los detalles del inmueble: cómo está decorada la cocina, si tiene parqué, si la urbanización dispone de piscina o pista de tenis o si paga mucho de comunidad. Si el vendedor quiere, puede incluir fotografías de su piso (conocido como visita virtual) y un plano a escala pintado por un arquitecto. Tendrá que pagar 20.000 pesetas por este extra.

Otra posibilidad que tiene la página web es que el futuro comprador puede abrirse una cuenta con sus necesidades y gustos. El propio servidor le mandará un correo electrónico cada vez que entre un piso con esas características. Desde su inauguración el pasado septiembre, más de 7.500 usuarios se han registrado. El tiempo de consulta medio es de 22 minutos y cada mes acceden a sus 10.000 anuncios unos 25.000 visitantes, según datos de idealista.com. En un mes, los internautas han abierto y consultado sus páginas 1,5 millones de veces.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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