La tasa de donantes de órganos pasó de 13,6 a 27,3 por millón de habitantes en la última década

Se trata de una tasa algo más baja que la media española, que es la más alta del mundo (33,9) y casi el doble que la europea (15). Los datos del Servicio Andaluz de Salud no sólo reflejan un incremento de la actividad quirúrgica, sino también un avance social. Así, desde 1996 los trasplantes crecieron por encima del 30% al pasar de 375 en ese año a 490 en 2000, y la negativa familiar a la donación bajó del 38% al 30% en el mismo período. En total, en el quinquenio se realizaron 2.381 operaciones, de las cuales las dos terceras partes (62%) correspondieron a trasplantes renales.

El coordinador autonómico, Manuel Alonso, lanza un mensaje a medio camino entre el optimismo por la evolución que reflejan las estadísticas y el escepticismo por no poder bajar aún más la negativa familiar. 'Los trasplantes siempre son pocos, siguen falleciendo personas en lista de espera, pero el único factor limitante son los donantes', afirma.

Los casos más críticos son los de hígado, corazón o pulmón, en los que los pacientes no resisten mucho tiempo. Por el contrario, los enfermos renales, al poder someterse a diálisis, pueden aguardar más tiempo. Aunque Alonso se lamenta de que alrededor del 7% fallezca en lista de espera, el porcentaje es sensiblemente inferior a la media de EE UU, que se acerca al 25%.

El avance social a favor de la donación es fundamental, ya que mientras más donantes hay, más se trasplanta y estos éxitos médicos actúan a su vez como tirón de una mayor actividad quirúrgica para la que se necesitan más órganos. Por eso Alonso aprovecha para lanzar un mensaje de sensibilización: 'Tenemos que pensar que todos podemos ser receptores y que si no contamos con la solidaridad de la gente, nos podemos morir'.

La actividad quirúrgica se concentra en los trasplantes renales. De hecho, de los 2.381 registrados en el último quinquenio, 1.468 fueron de riñón. Además, más del 80% de los pacientes en lista de espera aguardan este órgano. El resto de los trasplantes fueron de hígado (572), corazón (205), pulmón (96) y páncreas (40). Esta intensa actividad asistencial fue posible gracias a las 954 donaciones registradas en ese periodo, que permitieron nueve trasplantes por semana.

Accidentes de tráfico

El perfil del donante también ha cambiado en los últimos años. Debido a la mayor esperanza de vida y a los avances médicos, la edad media ha pasado de 40 años en 1996 a 48 en 2000. Además, han disminuido los casos de donaciones por traumatismos craneoencefálicos causados por accidentes de tráfico, mientras que han aumentado aquellos en los que el deceso se produce por un accidente cardiovascular.

En el análisis hecho por la Coordinación Autonómica de Trasplantes se reconoce que la evolución constante del quinquenio sólo se quebró el año pasado, al disminuir la tasa de donantes (de 31,9 en 1999 a 27,3 en 2000) y crecer la negativa familiar (del 26% al 30%). Pero estos datos no han hecho mella entre los responsables del programa, que ya se han planteado como objetivo para el período 2001-2005 alcanzar la tasa de 30 donantes por millón de habitantes.