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Reportaje:

Batalla contra las termitas del María Guerrero

Un ejército de especialistas intenta acabar con la invasión de xilófagos que sufre el teatro

Un destacamento de obreros y técnicos ha tomado posiciones en el patio de butacas, la platea, los pasillos y el vestíbulo del teatro María Guerrero, en la calle Tamayo y Baus, sede del Centro Dramático Nacional. La estrategia de combate incluye la evacuación de los civiles (empleados del CDN), que tendrán que abandonar el campo de batalla mientras se ejecutan las obras, a cuyo mando se encuentra el arquitecto Florentino Gómez. Estas labores representan una guerra total contra los insectos xilófagos (que se alimentan de madera) descubiertos el pasado noviembre atrincherados en una viga de la sala.

La batalla contra las termitas y la carcoma comenzó con motivo de las obras de remodelación del teatro. El pasado verano, el plan sólo incluía una restauración de la imagen de la sala, como explicó ayer el arquitecto a un grupo de periodistas. 'Se iba a remodelar la sala, los vestíbulos, las escaleras y las butacas, diseñadas siguiendo el modelo de las tradicionales pero con un mecanismo incorporado que hace más fácil su desmontaje', describió Florentino Gómez.

'No se trata tanto del daño que han hecho los termes como del que en el futuro podrían hacer'

Además, se incorporarán medidas de seguridad como un telón y unas puertas cortafuegos y el recubrimiento de la pared con entelados 'que reproducen el dibujo del papel original'. No se utiliza papel, sino tela, por razones acústicas. Para esta primera campaña estaban destinados 300 millones, que comprendían tan sólo un lavado de cara; ahora habrá que añadir una partida de 250 millones más. 'Incluso se han hecho catas en los techos para descubrir cuál era el color inicial de la pintura, y vamos a pintar igual, de tono albero oscuro', continuó el arquitecto.

Pero el pasado noviembre los planes de remodelación dieron un giro inesperado. Los operarios descubrieron, en el cerco roto de una puerta, el rastro inequívoco de las termitas. La primera medida del arquitecto fue avisar a una empresa especializada en desinsectación. 'Pero la empresa señaló que lo más seguro era ejecutar una serie de catas a lo largo de las vigas de madera cercanas al nido para comprobar la extensión de la plaga', explicó Gómez. Y la plaga se había extendido, aunque, por fortuna, con daños muy escasos para el edificio, que con 116 años de existencia está declarado Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, y por lo tanto, protegido como tal.

A pesar de que las termitas y los hongos asociados habían respetado el artesonado neomudéjar en madera policromada, cuyos colores ocultaba la mugre que se ha apoderado del patio de butacas, los responsables de la obra no quisieron pararse y elaboraron toda una estrategia para combatir a los xilófagos. 'No se trata tanto del daño que han hecho, sino del que en el futuro podrían hacer', recalcó Florentino Gómez.

Así, el arquitecto dio orden de picar todo el enfoscado de yeso- a veces de diez centímetros de espesor- que ocultaba las vigas de madera. Se descubrió, entre otras cosas, que reformas anteriores habían escondido unas bonitas columnas de hierro con capiteles dóricos tintados de dorado detrás de un cubrimiento de ladrillo. Las columnas separaban, junto con un pequeño panel, los diferentes palcos. Ahora quedan a la vista.

Una vez que esté toda la madera al descubierto, 'porque estos insectos sólo se ven picando y viendo, no se oyen', se aplicará a toda la madera un tratamiento venenoso para las termitas, que los dejará fuera de combate 'por lo menos durante 10 años'.

Para celebrar el regreso del verdadero rostro del teatro María Guerrero, 'aproximadamente en agosto', el Centro Dramático Nacional promete una semana de puertas abiertas para todos los madrileños y, además, un día de fiesta de homenaje a la figura que da nombre a la sala. En el acto participarán 'muchas de las actrices que a lo largo de su carrera se han relacionado con el teatro', anunció su director, Juan Carlos Pérez de la Fuente.

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