Energía de progreso
Considera la autora que el Gobierno vasco debe tener un papel más activo en la tarea de impulsar las energías renovables.
Después del fracaso de la cumbre de La Haya en la que ha quedado patente la irresponsabilidad y falta de compromiso de los gobiernos de los países que mas gases contaminantes producen, creo compartir mi preocupación con la mayoría de los ciudadanos porque se haya perdido una vez más una oportunidad para frenar el progresivo deterioro de nuestra casa común, la Tierra.
Los combustibles fósiles, junto con la tala de arboles constituye una de las principales causas del efecto invernadero en el planeta. Más de la mitad del efecto invernadero creado por el ser humano se puede atribuir al CO2 y más de las tres cuartas partes de este CO2 procede de la combustión y uso de los combustibles fósiles, es decir, del consumo de energia. La utilización abusiva de los combustibles fósiles es pues, la principal responsable del calentamiento global del planeta que tan nefastas consecuencias está teniendo sobre los ecosistemas y la biodiversidad, incluida la especie humana.
'El concepto de valor no puede reducirse al precio de la energía; debe tener en cuenta el coste ambiental'
Además, parece dificil, con los actuales entramados económicos, tecnológicos, culturales y políticos, que las energías renovables puedan sustituir a las energías contaminantes a medio plazo. Estas consecuencias se plasman en problemas ambientales de gran magnitud, como son el cambio climático causado por la emisión de gases invernadero, los residuos radiactivos, las lluvias ácidas y la contaminación atmosférica.
Los compromisos adquiridos por España de cubrir en el 2010 el 12% de la demanda energética con fuentes de energías renovables y dar cumplimiento al Protocolo de Kyoto para reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera son objetivos que deben plasmarse en programas y medidas que constituyan una alternativa real a las energias fósiles, cuyo impacto ecológico es más de 30 veces superior que el de aquéllas. Más especificamente, en lo que respecta a Euskadi, nuestra comunidad tiene competencia exclusiva sobre las 'instalaciones de producción, distribución y transporte de energía, cuando este transporte no salga de su territorio y su aprovechamiento no afecte a otra provincia o Comunidad Autónoma', según establece el artículo 10.11 del Estatuto de Autonomía del País Vasco. Y, sin embargo, constatamos que la participación de las energías renovables en los recursos energéticos globales que se utilizan en nuestra comunidad es escasa y que no se impulsan en la medida que se promociona el gas natural y la electricidad, la cual no siempre es tan respetuosa en su origen primario con el entorno como sería deseable. Esto sin mencionar además la fuerte subida que el gas natural está experimentando en los últimos tiempos.
Por ello, debería ser un objetivo fundamental en la política medioambiental del Gobierno vasco el aumento de la participación de las energías no contaminantes en el conjunto de los recursos energéticos que se utilizan en Euskadi, promoviendo una implantación progresiva y planificada de las energías renovables en sectores estratégicos. Creo que resulta especialmente importante que este tipo de iniciativas se realice de forma coordinada entre los productores de energías renovables y los distribuidores de energías convencionales, para facilitar la distribución y rentabilidad de aquellas.
Otro aspecto que parece fundamental y que se echa de menos es la función garantizadora y homogeneizadora del Gobierno vasco en las políticas sobre energías renovables que realizan los ayuntamientos, como entes productores y consumidores, y sobre todo como agentes privilegiados a la hora de impulsar este tipo de energías por su cercanía al ciudadano. Cuando se habla de eficiencia energética y del valor de los costes de la producción y distribución no parece acertado tener en cuenta dentro del concepto de valor tan sólo el precio de la energía. El concepto de valor no puede reducirse al precio, sino que debe tenerse en cuenta el coste del impacto que sobre el entorno tiene uno u otro tipo de energía.
El factor económico no puede ser una excusa si al valor de coste de unas u otras fuentes energéticas se añade el coste del impacto de estas fuentes sobre el clima y los ecosistemas, o los efectos directos sobre la salud o la calidad de vida. Hay que tener en cuenta que el desembolso económico que algunas medidas requieren no es superior al que muchos veces se viene realizando para subvencionar o promocionar desde la administración pública energias o hábitos no tan respetuosos con el entorno Otro argumento, también de tipo económico, a favor de las energias renovables es la gran dependencia energética de nuestro país, que hace que nuestras dificultades para afrontar las subidas del precio del petróleo sean mayores que las del resto de la Unión Europea.
Se hace necesario emplear unos tiempos mas largos para observar la rentabilidad de la integración de criterios ecológicos en la política energética pero, desde luego, parece la única forma de hace una política energéticamente sostenible y rentable. Esta actitud constituiría una importante aportación de la comunidad autónoma a la sostenibilidad global del planeta. 'Pensar globalmente, actuar localmente', que se decía en la Cumbre de Río de Janeiro.
Yolanda de Pablo García es concejal de Medio Ambiente y Salud Laboral del Ayuntamiento de Irún.
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