Las 'vacas locas' no animan a Argentina
El precio de la carne que exporta el país latinoamericano a la UE cae un 18,9%
Contra todas las previsiones optimistas de su Gobierno, ganaderos e industriales frigoríficos, Argentina no sólo no ha logrado sacar ventajas de la crisis de las vacas locas en Europa, sino que incluso sus exportaciones de carne han perdido terreno en el último trimestre.
De acuerdo con un análisis realizado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), los precios de las carnes argentinas exportadas a los países de la Unión Europea cayeron 18,9% en los últimos tres meses. La pérdida registrada por los frigoríficos argentinos alcanzó, en el mismo periodo, a 16,5 millones de dólares, mientras que para todo el año 2000 las exportaciones del sector fueron 40.000 toneladas inferiores a las de 1999.
La situación preocupa al Gobierno, porque Argentina exporta el 32% de su carne a la UE -
Según el informe citado, el precio de los cortes de mayor calidad de carne argentina, conocidos como cuota Hilton, cayeron de 6.000 a 4.900 dólares la tonelada en los últimos 15 días, uno de los valores más bajos de la historia. En la medida en que se pronostica una mayor retracción de la demanda de carne en Europa, el análisis de Ciccra prevé que esos precios puedan caer más todavía, agravando la situación de los frigoríficos argentinos. 'Hoy los embarques son a pérdida, pero las empresas no pueden paralizar sus ventas, cortar la cadena de pagos abruptamente y, consecuentemente, perder la confianza del cliente', explicaba el presidente de la Cámara, Miguel Schiariti.
Al comenzar el año pasado, los industriales argentinos preveían colocar un total de 350.000 toneladas de carne por un valor superior a 600 millones de dólares en el mercado mundial, pero ahora se estima que el total vendido no supera las 310.000 toneladas.
Cuando reapareció la crisis de las vacas locas, con nuevos casos en Italia, Alemania, España y otros países europeos, el Gobierno y los industriales locales pensaron que se abría una gran oportunidad para la exportación de la alabada carne nacional. Con una alimentación basada en los pastos naturales de las vastas praderas argentinas, las vacas criadas en el país no presentan ningún riesgo de contraer la encefalopatía espongiforme bovina (BSE, en sus siglas en inglés).
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Así, algunas embajadas argentinas en Europa lanzaron hace pocas semanas una ofensiva publicitaria para tratar de atraer una demanda considerable por sus carnes y consideraron que se abría una etapa favorable. En Buenos Aires, la Secretaría de Agricultura realizó conferencias, ruedas de prensa y degustaciones en legaciones diplomáticas extranjeras, con el mismo objetivo: impulsar la venta de las carnes argentinas. Sin embargo, los datos conocidos esta semana dejan bien claro que el temor de los europeos a ingerir carne vacuna no ha diferenciado el origen del producto. La situación es muy seria, ya que Argentina exporta el 32% de su carne (105.000 toneladas) a la Unión Europea.
Las pérdidas de la industria local y los temores de un contagio de la enfermedad ha determinado que, esta semana, el Gobierno anunciara la prohibición de importar productos cárnicos de origen vacuno de Europa. La medida abarca a carnes, menudencias, vísceras y subproductos bovinos, aunque no incluyen los derivados lácteos, considerados de bajo riesgo por las autoridades sanitarias argentinas. Una decisión que promete levantar suspicacias entre los Gobiernos europeos y que constituye la primera actitud de firmeza local frente a la importación indiscriminada de la última década.
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