Viena concentra sus museos de arte contemporáneo en el centro de la ciudad
El nuevo Museums Quartier MQ estará listo a partir de junio
Uno a uno irán abriendo sus puertas el Museo Leopold, con la mayor colección de obras de Egon Schiele; el Museo de Artes Modernas, de la Fundación Ludwig; el centro vanguardista de exposiciones Kunsthalle, así como un pabellón destinado a la danza contemporánea, un centro de arquitectura, un museo y teatro para niños y salas de espectáculos para el Festival de Viena.
En el espacio, de 60.000 metros cuadrados, se incluirán además algunas instituciones autónomas como Depot, que convoca a jóvenes artistas, o Public Netbase, que experimenta con cultura en Internet y otros medios electrónicos.
Estos pequeños foros, muy críticos con la política cultural establecida, han tenido que llevar adelante una dura lucha para no quedar excluidos del proyecto. Y precisamente por impulsar la confrontación artística son de importancia clave para que el MQ no se convierta en 'una isla de las artes para huir de la realidad', sino, por el contrario, en 'un punto de partida para animar la vida cultural de la ciudad', como dijo el concejal municipal de cultura, Peter Marboe, al celebrar el pasado jueves la entrega de los edificios a sus respectivas administraciones.
Críticas
Contra la estrategia de reunir lo más destacado del arte moderno hay diversas críticas, como la de Hortensia Völckers, miembro del directorio del Festival de Viena. Según su opinión, será difícil que en un centro que atraiga tanta atención pueda crecer un 'biotopo creativo' . Pero, de todas formas, sostiene, hay que promover las nuevas dinámicas para que 'este lugar se merezca ser llamado contemporáneo y el conjunto de templos del arte no se convierta en una tumba de atracción turística y comercial como el Guggenheim de Bilbao'.
Más optimista, Gerald Matt, director del Kunsthalle, cree que 'el MQ podría servir de patrón a nivel internacional para un nuevo concepto museístico'. Según Matt, este modelo tiene la ventaja de funcionar de forma descentralizada: cada museo se administrará por sí mismo y competirá con los demás, lo que favorecerá tanto al público como a las mismas instituciones.
Se calcula que alrededor de un millón de personas visitarán el conjunto de museos cada año. La oferta es tan amplia que permitirá pasarse el día viendo cosas nuevas sin salir del recinto. El Museo Leopold, con su colección de Schiele, Klimt y otros pintores de fin del siglo XIX y clásicos modernos, será el principal imán de atracción de masas. Para dar cabida a sus 5.266 obras de arte, los arquitectos Manfred y Laurids Ortner construyeron un museo de cinco pisos y 5.400 metros cuadrados en forma de monolito blanco, que contrasta con otro bloque de lava de basalto negra en el que se instalará el Museo de Artes Modernas. Esta otra colección de arte contemporáneo de la Fundación Ludwig es una de las mayores de Europa.
Babelia
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