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El dandismo y la ropa militar inundan la pasarela masculina de Milán Versace presenta al hombre de 2002 enjoyado

Justo cuando la cultura pacifista había despojado a los ejércitos (al menos en Europa) de cualquier atractivo y cuando la mili desaparece del horizonte juvenil, las firmas presentes en Milán proponen conjuntos inspirados en uniformes de ejércitos nunca vistos, en los que destaca un cierto sentido de marcialidad y fuerza. El estilo militar ha contagiado incluso a la firma Jill Sander, actualmente controlada por la casa Prada, que presentó las creaciones de su nuevo fichaje, Milan Vukmirovic, exhibidas por Mipam Thurman, hermano de la bella actriz y no menos impresionante. Se acabó el estilo discreto y minimalista de la Sander, que ahora sólo mantiene la propia Miuccia Prada.

Aun así, se ha visto de todo en las pasarelas de Milán. Modelos musculosos, como el festejado novio de Pamela Anderson, Marcus Schemkemberg, desbordante de biceps, vestido de marine en versión libre; rastafaris de lujo que se exhiben envueltos en mantas de visón, y modelos de aspecto enfermizo con camisas de seda y pañuelos al cuello tipo cow-boy.

Una cosa está clara, los modistas no se resignan a que el grueso de la población masculina se mantenga aferrada a estilos rabiosamente clásicos. Qué sólo una pequeña porción, a menudo los gays, se atreva a pisar un terreno estético más incierto. De ahí que año tras año concentre sus esfuerzos en ofrecer otras propuestas de moda a los hombres distintas del eterno traje o la ropa deportiva. Los 70 desfiles celebrados en Milán demuestran una vez más que la dificultad radica también en los estilistas y en sus curiosas ideas de cómo deberían vestirse los hombres.

Donatella Versace, que presentó una colección de hombres enjoyados, con melenas de peluquería y lujosos gabanes recamados, describía así el modelo de hombre que quiere crear con sus diseños. 'El mío es un hombre rico, joven, sexy y lleno de glamour. De una elegancia inglesa refinada. Un golden lord que se viste en Savile Road y trabaja en la net-economy'.

Jerséis de encaje

Valentino, maestro del clasicismo, ha apostado esta vez por una nueva versión de latin lover, un joven que se viste con camisas de seda abiertas hasta la mitad del pecho, trajes de pelo de camello y abrigos ribeteados de visón. Cuando diseñaba sus modelos para el próximo invierno, Valentino pensaba, según confesión propia, 'en un hombre de la belleza tranquila de Jude Law , que fuera de la escena no interpreta ningún papel'. Un hombre normal, capaz de lucir con naturalidad jerséis de encaje de lana y vistosos cinturones, para envidia de su compañera. No menos caro el guardarropa del hombre-Fendi, un tipo supuestamente polvoriento que va por la vida a bordo de una Harley-Davidson. El color fango de las prendas que viste es tan falso como su rebeldía, porque la ropa de este trasnochado exponente de la beat generation es de cachemira o pieles muy trabajadas, que imitan (sin conseguirlo del todo, obviamente) materiales baratos.

Armani, nuevamente en la cresta de la ola, cerró ayer los desfiles milaneses con una colección que respeta un poco más las reglas del juego estético masculino, aunque reescribiéndolas a su modo. Los retoques en el diseño de las chaquetas pretende dotar a una prenda clásica de un poco más de gracia expresiva. El modista explica así su lección estética: 'Mi mensaje es que no hay que convertirse en víctimas de la moda, que la moda significa, esencialmente, estar más guapos y más sexy para gustarle a las mujeres, porque ésta es la realidad en el caso de la mayor parte de los hombres'.

El nuevo 'sex symbol'

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