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Heredero universal del pujolismo

Francesc Valls

Llegó a la política como un tecnócrata y se ha convertido en el heredero universal del pujolismo. Artur Mas (Barcelona, 1956) será desde hoy el primer conseller en cap que Jordi Pujol ha nombrado en 20 años de gobierno. El empeño en alcanzar esa dignidad ha dejado en la cuneta cadáveres políticos tan ilustres como los de los ex consejeros Miquel Roca Junyent y Macià Alavedra.

Mas ha sido desde que inició su carrera como militante -a los 31 años- una bala en la recámara convergente. Primero fue eterno suplente a cabeza de lista a la alcaldía de Barcelona, luego fue cubriendo huecos en los departamentos vacantes, hasta que ha llegado su hora; ahora ya ha entrado en el cañón a la espera de salir en 2003.

Ha sido consejero de Política Territorial y de Economía y Finanzas. Pero su carrera en la Administración catalana se inicia en 1986 y por decisión del propio Pujol en la modesta Dirección General de Promoción Comercial. Todo le auguraba un feliz porvenir, aunque su nacionalismo estaba inédito. El eclecticismo de Mas se plasmó incluso en sus novias. El joven Artur salió con una de las hermanas de Julia García-Valdecasas, actual delegada del Gobierno en Cataluña.

Poco a poco Mas pasó a formar parte, al igual que los actuales ministros Josep Piqué y Anna Birulés, de las nuevas generaciones con aura de eficiencia que regeneraban las administraciones convergentes. Piqué y Birulés se redimían de sus pecados de juventud comunista. Mas no tenía mácula que borrar.

Y no fue hasta 1987 cuando abrazó la fe convergente, dejó la Administración y pasó una temporada en el grupo Tipel, propiedad de la familia Prenafeta, uno de cuyos accionistas -Lluís Prenafeta- era secretario general de Presidencia de Pujol. Mas contaba y cuenta con una excelente relación con el denominado pinyol que se articula en torno a la familia Pujol-Ferrusola. Es amigo de varios hijos del presidente de la Generalitat: de los que se dedican a los negocios y también de quienes, como Oriol, han decidido orientar su carrera hacia el activismo nacionalista.

Pero el estreno intenso de Mas en la política se produjo entre 1987 y 1995, como portavoz y presidente del grupo municipal de Convergència i Unió. Se convirtió en el martillo del entonces alcalde Pasqual Maragall, quien -de cumplirse los oráculos- será su competidor para el cargo de presidente de la Generalitat en el año 2003.

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