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El equipo de Bohigas exhibe en Bolonia sus fiascos arquitectónicos

La exposición reúne 32 proyectos no realizados

'Una de las cosas más importantes de Le Corbusier fueron sus fracasos', explica Bohigas. 'Pero, al final, fueron estos los que tuvieron mayor influencia en la arquitectura contemporánea. Nosotros, evidentemente, no pensamos que nuestros fiascos sean tan significativos, pero sí creemos que es una fórmula divertida y curiosa para mostrar el trabajo del estudio y abrir una posible reflexión teórica sobre estas propuestas'.

Fiaschi, exposición que aún se enmarca en los actos organizados por Bolonia el pasado año con motivo de la capitalidad europea de la cultura, reúne 32 proyectos realizados por el estudio MBM entre 1952 y 2000, si bien el grueso se realizó en las décadas de 1980 y 1990. 'Hemos seleccionado los que nos parecían más bonitos, más escandalosos o sugerentes, aunque de hecho la mayoría tienen en común que subrayan la relación de la arquitectura con el entorno urbano', afirma Bohigas. La exposición, abierta hasta el 26 de febrero, presenta los proyectos acompañados de una frase explicativa que, tal como suele ser habitual en Bohigas, rezuma ironía y, en general, críticas a los promotores. Así, por ejemplo, del proyecto del Club de Golf de Sant Cugat (Barcelona, 1970), el arquitecto asegura: 'Fue un intento ingenuamente pop-tecnológico que nadie entendió. Afortunadamente, porque no habríamos sabido construirlo'. De la casa para Rosa Regás en Llofriu (Girona, 1973), explica que fue 'un fracaso muy positivo porque, aunque no se construyó, fue el modelo para más de 10 casas helicoidales'. Uno de los proyectos irrealizados que más les duelen es el de la Embajada española en Bonn (Alemania, 1987), que ya estaba en fase ejecutiva cuando decidió anularse. 'La caída del muro de Berlín no sólo fue un error político. Fue un fracaso urbanístico: anuló todos los proyectos de Bonn como capital', sostiene el arquitecto. Del proyecto de urbanización de la Bute Avenue de Cardiff, en Gales (Reino Unido, 1993), que acabó desvirtuado al sumarse la iniciativa privada, Bohigas explica: 'Premiado en un concurso y luego abandonado por una Administración conservadora que prefirió el individualismo anárquico al orden urbano'.

Las razones de los fiascos son múltiples. En buena parte de los casos se trata de proyectos que perdieron el concurso al que se presentaban, en otros han sido cambios políticos o escasez presupuestaria, en algunos se trata de errores en el programa y, reconoce, en ocasiones puede tratarse de fallos en el proyecto. 'Esto no es comprobable porque para saber si una cosa no funciona tiene que construirse, pero es cierto que muchos de estos proyectos ahora los haríamos de otra manera'.

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