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Unió prepara la respuesta para recuperar el terreno perdido con los cambios de Gobierno

La salida a la crisis desatada entre Unió y Convergència se prevé larga y difícil. Los democristianos reaccionaron ayer al nombramiento de Artur Mas como conseller en cap del Ejecutivo con el rechazo de las contrapartidas ofrecidas por sus socios de Convergència: presidir un cuarto departamento de la Generalitat y obtener una cuota del 33% en el reparto de los puestos electorales y de los cargos en la Administración. Ahora poseen el 25%.

A última hora de ayer, se barajaba la posibilidad de que el líder de Unió y consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran Lleida, abandonara el Ejecutivo, pero un portavoz de la formación democristiana desmintió este extremo. Fuentes de UDC no descartan que Duran tome esta decisión en un breve plazo, por lo que volvería a dedicarse exclusivamente al partido. Por este motivo, los democristianos no sustituirán a Núria de Gispert como secretaria general. De Gispert será nombrada este sábado presidenta de UDC.

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Nada más regresar de su viaje oficial a México, Duran Lleida se trasladó a la sede de Unió para presidir la reunión del comité de gobierno. El encuentro se prolongó desde las 19 horas hasta cerca de las dos de la madrugada de hoy. Un sector importante de la ejecutiva de UDC insistió en la constitución de un grupo parlamentario propio. Y eso a pesar de las negociaciones con CDC. Xavier Trias, presidente del grupo de CiU en el Congreso, y Núria de Gispert, secretaria general de UDC -las dos personas que han llevado el peso de las conversaciones- se entrevistaron por la mañana con el presidente de la Generalitat. Con todo, el líder de Unió calibra la posibilidad de abandonar el Gobierno autónomo -aunque sin fecha determinada- así como una posible entrada en el Ejecutivo central, según fuentes de CDC.Con o sin el beneplácito de los democristianos, Pujol firmó ayer los decretos de nombramiento de Artur Mas como conseller en cap y consejero de Presidencia, y de Francesc Homs como consejero de Economía, Finanzas y Planificación. Y mañana, viernes, tomarán posesión de sus cargos.

Los democristianos no se quedarán callados, pero medirá su respuesta. La ejecutiva aprobó un documento, que fuentes de este partido calificaron de 'extremada e inusualmente duro', contra sus socios convergentes por la decisión unilateral de Jordi Pujol de catapultar a Mas al cargo de conseller en cap, lo cual para los democristianos significa nombrarle sucesor y candidato a la presidencia de la Generalitat para el año 2003.

Unió no formará grupo parlamentario propio en la Cámara catalana, pero eso sí, el próximo lunes comenzarán las negociaciones sobre el futuro de la coalición, y en este punto, los democristianos no están por hacer concesiones. Unió se ha fijado un plazo de dos meses para alcanzar un acuerdo sobre la refundación de CiU que debe basarse, a su entender, en lo aprobado el pasado mes de diciembre en el congreso de Tarragona. Es decir, paridad con CDC en los órganos de decisión, listas electorales y cargos en la administración. Si a finales de marzo no hay una entente, los democristianos cumplirán su amenaza de formar un grupo parlamentario, según dice el comunicado. Los consejos nacionales que CDC y UDC celebrarán el próximo fin de semana deberán nombrar a los encargados de negociar el futuro de la coalición nacionalista.

Los dirigentes de UDC denunciaron ayer las presiones a que les somete Convergència para que ambos partidos se fusionen a medio plazo, una posibilidad que los democristianos rechazan de plano. Pero sólo si hay fusión, CDC aceptará las reivindicaciones de sus socios. 'Para qué vamos a concederles una cuota del 33% si a la primera de cambio rompen la coalición', advertía ayer un dirigente del partido de Pujol. Otro dirigente de CDC aseguraba: 'Duran ya ha perdido la batalla; a Unió ya le han colocado la silla, como a un potro cuando se le doma'.

UDC ha rechazado que se les conceda un cuarto departamento -en la actualidad cuenta con tres-. Los dirigentes democristianos no quieren aparecer ante la opinión pública como unos 'mercantilistas'; es decir, que la resolución de la crisis concluya con un reparto de carteras. Por este mismo motivo, también han rechazado incrementar del 25% al 33% la cuota de puestos en las listas electorales y en los cargos de la Administración. 'No queremos ni más departamentos ni más cuotas. Eso se tiene que terminar. Las cosas no serán como antes porque nosotros no somos la sectorial democristiana de Convergència. Y si no lo entienden, que sepan que este es el principio del final de la coalición', amenaza Unió. Los democristianos creen que en una coalición en la que se difumina la sombra protectora de Pujol, merecen la paridad.

A última hora de ayer, el secretario general de CDC y nuevo hombre fuerte del Ejecutivo, Artur Mas, convocó para la mañana de hoy una reunión de urgencia de la ejecutiva del partido con el objetivo de informar del estado de las negociaciones con los democristianos. La inusitada rapidez con que les fue comunicada a los integrantes de la ejecutiva la celebración de la sesión hacía sospechar a algunos de ellos que Mas tendría algún fruto que comunicarles de los contactos con Unió.

Refundación

Mas advirtió que la refundación de CiU y las reivindicaciones democristianas no se pueden resolver en 48 horas. Por su parte, Pujol comparecerá este martes ante la Diputación Permanente del Parlament para explicar los cambios efectuados en su Gobierno, tal como le habían pedido la totalidad de partidos políticos.

Artur Mas sustituye en el cargo a Joaquim Triadú, que hasta ahora ocupaba el Departamento de Presidencia, pero sin el alto rango que le ha dado ahora Pujol. Triadú continuará en la Generalitat como asesor personal del presidente. En las próximas semanas podrían producirse más cambios en el Ejecutivo, ya que con toda seguridad Jordi Vilajoana dejará la cartera de Cultura y será nombrado delegado de la Generalitat en Madrid, donde sustituirá a Josep Gomis. Entonces, Triadú podría presidir Cultura.

El decreto firmado ayer por Pujol establece que Mas será formalmente el consejero de Presidencia, pero que su cargo será denominado conseller en cap y delega en él ciertas funciones 'hasta el final de la legislatura'. En concreto, el presidente de la Generalitat delega diversas competencia como por ejemplo convocar y presidir las reuniones del Gobierno, coordinar su programa legislativo, y presidir las comisiones del Consell Executiu.

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