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Sandro Rosell, a la jueza que lo encarceló casi dos años: “¿Por qué lo hizo, señora Lamela?”

El expresidente del Barça ataca en la comisión sobre la Operación Cataluña a la magistrada que investigó el caso del que salió absuelto: “Es corrupta o inútil”

Jesús García Bueno
El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, en una imagen de archivo.
El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, en una imagen de archivo.ALEJANDRO GARCIA (EFE)

Sandro Rosell lo repite a quien quiera oírle desde hace cinco años: la jueza Carmen Lamela, que encarceló de forma preventiva durante casi dos años al expresidente del FC Barcelona en un caso del que salió absuelto en 2019, es “una inútil o una corrupta”. Lo ha vuelto a decir este miércoles ante los diputados del Congreso en la comisión de investigación de la Operación Cataluña, las maniobras del Ministerio del Interior en época del PP para perjudicar a personalidades del independentismo. Rosell se considera una de sus víctimas y llegó a presentar una querella que, aunque dio sus primeros pasos, finalmente fue archivada.

Rosell puso cifras a “la corrupción del Estado”: calcula que “entre el 7% y el 10% del sistema está podrido y causa un daño irreparable a personas que se cruzan con él. El máximo exponente de esas conductas es, para él que las ha sufrido, la exmagistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, quien dirigió la instrucción por sus negocios deportivos en Brasil. Rosell estuvo dos años en prisión provisional en esa causa junto a su apoderado, Joan Besolí, “el récord de prisión preventiva por causas económicas privadas”, como se apresuró a aclarar. “Le pedimos la libertad 12 veces. Ni se leía lo que le enviábamos”, reprochó.

En 2019, Rosell encontró “tres jueces justos y honestos”: los magistrados de la Audiencia Nacional le absolvieron de todos los delitos. La Fiscalía le acusaba de blanquear comisiones por la retransmisión de partidos de la selección brasileña de fútbol y por las preguntas irregularidades en la esponsorización de la canarinha con la multinacional Nike. Afrontaba una petición inicial de 11 años de cárcel.

El empresario expresó su deseo de tener cara a cara a la jueza y lanzarle una pregunta: “¿Por qué hizo esto, señora Lamela? ¿Fue por una promoción?”, dijo en alusión al ascenso que, poco después de instruir su caso, obtuvo la jueza: fue designada para el Tribunal Supremo, donde permanece. A Rosell le parece incomprensible ese ascenso “por los servicios prestados”, pero le indigna aún más que siga ejerciendo. “No quiero que vaya a la cárcel, pero sí que salga de la función pública. Es una manzana podrida. No tengo ninguna duda de que es inútil o corrupta. Y si no, que se querelle contra mí por injurias”.

No es la primera vez que Rosell explica la persecución judicial de la que ha sido objeto. Su comparecencia en la comisión fue firme y contundente, pero también sosegada, propia de quien ya ha verbalizado (y digerido en parte) el trance. Pero se sigue enojando cuando recuerda lo vivido. Al año de estar en prisión provisional por supuesto riesgo de fuga, contó, recibió una oferta para declararse culpable. “Me dijeron que con esto saldría al día siguiente. Les dije que no porque no sabía de qué declararme culpable”, afirmó. Consultó con su compañero de celda, Besolí, cuyo hijo había sufrido un accidente que le dejó en silla de ruedas poco antes de ingresar en prisión. “Me dijo ‘Sandro, si tú resistes yo resisto”.

Mientras estuvo preso por los negocios de Brasil, al empresario se le abrieron otras causas penales que tenían la intención, dijo, de hacerle claudicar. Fueron seis en total. Hasta la fecha, las que se han resuelto lo han hecho con el archivo de la causa. “¡Hasta me acusaron de traficante de órganos humanos... y han pasado siete años hasta que se haya archivado el caso!”, protestó sobre el caso Abidal, en el que un juez investigó si Rosell había intercedido a favor del ex defensa del Barça Éric Abidal para recibir de forma ilegal un trasplante de hígado.

Rosell tiene sospechas sobre quién está detrás del “montaje” para complicarle la vida en los juzgados, pero no dio nombres porque no tiene “pruebas”. “Es difícil saber quién apretó el botón rojo, pero voy a seguir hasta el final porque lo que nos hicieron es terrible”. Con el tiempo, cree que algunas decisiones que tomó durante su mandato al frente del Barça (como permitir que la Via Catalana, una las manifestaciones de la Diada durante el procés, pasara por el Camp Nou, o hacer que el Barça luciera la senyera en la segunda equipación) le granjearon enemistades.

El empresario pidió a los diputados que impulsen medidas para evitar que vuelvan a producirse abusos como los de la Operación Cataluña. Cree que ahora será más fácil porque el presidente del Gobierno también es una víctima de extrañas maniobras. “Sánchez ha probado la medicina”, aseguró Rosell, que pidió cambios y advirtió de que la situación que él vivió puede afectar a cualquier persona. “Hay unas cloacas del Estado que hacen daño a población de inocente. Acabamos siendo esclavos de una parte del Estado”.


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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.
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