Interior utilizó la dimisión del jefe de Berroci y los expedientes para lograr la paz social en la policía
Tras la reunión en el despacho de Uriarte en la comisaría de Deusto el pasado 21 de diciembre, Betanzos comunicó en Berrozi el día 28 su salida. Los principales sindicatos, conocedores de cómo se ha gestado la decisión de Betanzos, no han aceptado su cabeza a cambio de desactivar el conflicto abierto con la negociación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y las movilizaciones están a punto de ser una realidad.
El pasado viernes, uno de los máximos responsables en Interior de la negociación, Juan María Barasorda, pulsó la temperatura negociadora en el sindicato mayoritario Erne, conocido ya que la 'prescripción' de los expedientes disciplinarios a los berrocis y que la cabeza de Betanzos era 'más que insuficiente' para las centrales. Y entendió que o había cesiones fundamentales sobre RPT, concurso de traslados y desarrollo de Ley de Policía en asuntos como segunda actividad, Egunsentia -'el 85% de los datos policiales que se desprenden de ese sistema son falsos', afirma Erne- o las movilizaciones pueden estar servidas en breve. La respuesta de Comisiones Obreras también es abrir la conflictividad si no hay una 'reacción positiva' de Balza
Seguridad Ciudadana
A tenor de las dos crisis que el consejero de Interior ha tenido que resolver en la dirección de la Ertzaintza, parece evidente que Javier Balza no ha acertado en la elección de los responsables para la División de Seguridad Ciudadana, la columna vertebral de la policía vasca. En un año, Balza ha tenido que prescindir, por discrepancias, del anterior director de Seguridad Ciudadana, Adolfo Alustiza (septiembre de 1999), y relevar el pasado verano en su puesto al jefe de División de Seguridad Ciudadana, Iñaki Muneta. La guinda a esta sucesión de relevos la puso el pasado 21 de diciembre uno de los hombres más contestados sindicalmente, José Manuel Betanzos, quien desde agosto de 1991 había dirigido las unidades de élite englobadas en la dirección de Recursos Operativos.
Cuando Balza preparó la remodelación de su Departamento pretendía aplicar una premisa básica: no mezclar la dirección política con la operativa y profesional propiamente dicha. Pero, al margen del éxito o fracaso de ese modelo -Balza ha sido el consejero más contestado, tanto con tregua de ETA como sin ella, tuvo que salvar, además, una moción de censura y la crítica por falta de resultados contra la violencia callejera ha hecho mella incluso en el tejido electoral nacionalista- internamente, el nuevo organigrama chocó con los vicios y con el reparto de poder consagrado en la etapa de Juan María Atutxa.
La nueva estructura de Interior supuso un vaciamiento de competencias para algunos de los hombres de confianza del anterior equipo. Así Alustiza se sintió desplazado, protestó y acabó relevado. Betanzos vio como Interior adelgazaba Recursos Operativos, desplazando de su tutela directa a los grupos operacionales, la brigada móvil, la unidad especial de desactivación y la de helicópteros, y la adscribía a la Dirección de Seguridad Ciudana que encabeza Jon Uriarte.
Fuentes conocedoras de la salida de Betanzos indican que una vez nombrado Uriarte en sustitución de Alustiza, Betanzos se comprometió a facilitar la transición durante 'unos dos años'. La crisis de los berrocis, la unidad de escoltas que depende directamente de él, el nombramiento como Jefe operativo de la Ertzaintza de Iñaki Muneta y, finalmente, la utilización que se ha hecho de su renuncia por el Departamento en la negociación con los sindicatos ha terminado por acelerar su salida. Poco que ver con el socorrido 'motivos personales' usado por Interior para explicar el relevo de Betanzos, en la actualidad con rango de superintendente.
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